El factor Borges, Alan Pauls, p. 12
Borges, "reaccionario” célebre, disimuló durante décadas dos pasados pecaminosos. En uno (que mal que mal consigue filtrarse en sus primeros textos canónicos) fue un nacional-populista ferviente, un revoleador de ponchos, un partidario de Juan Manuel de Rosas y del primer radicalismo de Irigoyen. El otro -un Borges rojo, allegado al Kremlin- fue durante mucho tiempo casi inconcebible. «En España [circa 1920] escribí dos libros», cuenta en su Autobiografía. «Uno se llamaba (ahora me pregunto por qué) Los naipes del tahúr. Eran ensayos literarios y políticos (todavía era anarquista, librepensador y pacifista) escritos bajo la influencia de Pío Baroja. Querían ser amargos e implacables pero, en realidad, eran bien mansos. Recurría palabras como "estúpidos", "meretrices", "embusteros". No habiendo conseguido quien lo editara destruí el manuscrito cuando volví a Buenos Aires. El otro libro se titulaba Los salmos rojos o Los ritmos rojos. Era una colección de poemas ---quizás veinte- en verso libre en alabanza de la Revolución Rusa, de la fraternidad y del pacifismo. Tres o cuatro de ellos aparecieron en revistas (Épica Bolchevique, Trincheras, Rusia). Este libro lo destruí en España en vísperas de mi partida.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario