Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

WITTGENSTEIN EN SU FIORDO 2


Wittgenstein arquitecto, p. 98
En Skjolden, Wittgenstein se hospeda inicialmente en una habitación -austera, como a él le gusta-, situada en el segundo piso de la casa del cartero. Trabaja y se siente desgraciado a partes iguales. Años más tarde, refiriéndose a esos días, diría: «Entonces mi mente estaba en llamas». Por las noches escribe frenéticamente. A veces usa una linterna frontal, de carburo, que ata a su cabeza, porque dice que el haz directo de la luz desde su cerebro al papel le ayuda a no distraerse. Paralelamente se ve tomado por la idea, que poco tiempo después escrupulosamente cumpliría, de regalar toda su fortuna a diferentes artistas austriacos -Rilke, Trakl, Adolf Loos, entre otros-. También busca un emplazamiento para construir la austera cabaña en la que vivir. Para ello no dejará de observar el lago y la montaña que hay frente al pueblo.

En el verano de 1914, antes de irse de Skjolden para visitar a su familia en Viena, sobre el lago, y en un lugar casi inaccesible, tanto que hay que construir un empinado camino al que sólo se llega en barca, levanta la cabaña, y  un sistema de poleas y cables (del que aún hoy quedan vestigios) por el que subirá los víveres y el agua. Su propósito era regresar a ella al terminar el verano. La Primera Guerra Mundial estalla pocos días después de su partida, se alista voluntario para ir a las trincheras, lugar donde terminaría la redacción de su Tractatus. No regresaría a la cabaña de Skjolden hasta 193 6. Fue ésa la única casa de su propiedad que tendría en su vida.


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