Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

EL ANGEL EXTERMINADOR

Un andar solitario entre la gente, Muñoz Molina, p. 219
El Misterio del Justiciero del Autobús Sacude México.
México busca a un Angel Exterminador. No tiene nombre, ni rostro, ni edad.
Pero todos saben lo que hizo. A las seis de la madrugada de/lunes, en un autobús de línea
desplegó las alas de la venganza y mató sin titubeos a cuatro asaltantes.
Fue una ejecución gélida, sorda, abismal. Desde la penumbra
de los asientos traseros aguardó a que los ladrones desvalijaran al pasaje
y cuando el robo ya estaba en los momentos finales se levantó y los liquidó uno por uno.
Luego devolvió los bienes robados a sus dueños y se perdió en la salvaje noche mexicana.
Ningún testigo lo ha delatado, ni siquiera el conductor del transporte. Todos se escudan
en la oscuridad para evitar su descripción. Hay quien aplaude abiertamente la matanza.
Los hechos ocurrieron entre las cinco y las seis de la mañana. De noche el autobús se dirigía
desde San Mateo a la Ciudad de México. Eran sesenta y dos kilómetros de buena carretera.
Cincuenta y tres pasajeros iban adormilados. En San Pedro Tutelpe subieron los asaltantes.
Cinco km después dio comienzo el atraco. El cabecilla apuntó con un arma al conductor.
Los otros empezaron a despojar al pasaje de dinero y joyas y tarjetas y teléfonos móviles.
Hubo insultos y golpes. Un hombre resistió y fue reducido a la fuerza. Con navajas los ladrones
iban guardando el botín en dos mochilas. A la altura del kilómetro 35 el vehículo
ya aminoraba la velocidad. El jefe de la banda  no había dejado de hablar por su teléfono.
Faltaba poco y los ladrones ya se acercaban a la puerta. Ése fue el momento que el hombre
sentado al fondo eligió para ponerse en pie. Sacó una pistola. Apuntó en silencio
y apretó cuatro veces seguidas el gatillo. Cada bala alcanzó a un asaltante.
El autobús seguía la marcha. El cabecilla fue el primero en caer. El tiro
le atravesó el omóplato izquierdo y le reventó la carótida. Murió en el suelo, desangrado.
Sus tres compañeros, heridos, aterrorizados, se agolpaban ante la puerta. Desde lo más profundo del pasillo el Exterminador se dirigía hacia ellos. El autobús se detuvo abruptamente.
La puerta se abrió. Rodó primero el cadáver del jefe. Luego saltaron los demás atracadores.
Intentaban huir pero la venganza no los dejó ir muy lejos. Al píe del autobús,
en plena fuga, fueron abatidos uno tras otro. Con la muerte en los ojos el Exterminador
tomó las mochilas empapadas de sangre y tras devolver lo robado a cada pasajero
pidió que no lo delataran. En pleno parque natural de la Marquesa
bajó y se perdió en la espesura. El enigma de su identidad agiganta las especulaciones
y las pistas son muy escasas. Se ha marchitado la esperanza de encontrarlo. Nadie sabe

dónde estará el Angel Exterminador. Su rastro se pierde en la noche de México.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia