Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 952. EL ANTROPOLOGO INOCENTE / NIGEL BARLEY

LAS RAZONES
«¿Y por qué no haces un trabajo de campo?» La cuestión me la planteó un colega al término de un más o menos etílico repaso de la situación de la antropología, la docencia universitaria y la vida académica en general. El repaso no había resultado muy favorable. Habíamos hecho inventario y encontrado la alacena vacía.
Mi caso era bastante corriente. Me había formado en instituciones educativas de prestigio y, empujado más por el azar que por elección propia, había acabado dedicándome a la docencia. La vida universitaria de Inglaterra se basa en toda una serie de supuestos arbitrarios. En primer lugar, se supone que si uno es un buen estudiante, será un buen investigador. Si es un buen investigador, será también un buen enseñante. Si es buen enseñante, deseará hacer trabajo de campo. Ninguna de estas deducciones tiene fundamento. Hay excelentes estudiantes que resultan lastimosos investigadores; extraordinarios eruditos, cuyos nombres aparecen constantemente en las revistas especializadas, que dan unas clases tan rematadamente aburridas que los alumnos expresan con los pies la opinión que les merecen y se evaporan como el rocío bajo el sol africano. La profesión está llena de abnegados investigadores de campo, con la piel curtida por la exposición a climas tórridos y los dientes permanentemente  apretados tras años de tratar con los indígenas, y que tienen poco o nada interesante que decir en términos académicos

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia