Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

LA SUMA


Benet, la ambición y el estilo, Rafael García Maldonado
Una vez pasa Benet el examen, algo que conseguían muy pocos, y fiel a la manía que tiene el futuro ingeniero ya por entonces de hacerse amigo de cualquiera, entra a formar parte del grupo del propio Gallego Díaz -formado por escépticos y pesimistas derrotados de la República-, quien le conmina a ayudarlo en la tarea de corrector e incluso de profesor de algunas clases de exactas. Uno, que se ha pasado media adolescencia y un año de facultad en clases particulares de matemáticas, se imagina perfectamente a ese niño grande alto, de abundante flequillo y petulancia de futuro ingeniero dando sin demasiado garbo ni pedagogía esas clases a muchachos ;n mucho menores, y no es difícil tampoco reconstruir la escena que dio al traste con su efímera carrera de profesor. Al parecer un alumno, no sabemos si  aburrido, excesivamente inteligente, con el cerebro congelado por el frío o ahíto de polvo y mugre o simplemente malvado, le preguntó a bocajarro qué era la suma. ¿La suma?, preguntó aturdido Benet. Sí, claro: la suma, el alumno se refería a la suma matemática, no la teológica con dos emes. JB, desnortado, sin saber qué decir más allá de que era algo que se sustentaba en la reciprocidad, dejó la tiza en la pizarra y nunca volverá a dar una sola entre otras cosas porque lo echaron los propios alumnos acusándole de indocto. Así era JB, y así eran esos tiempos (oscuros).

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia