Ecos de la Era del Jazz
Noviembre de 1931
Es demasiado pronto para escribir sobre la Era del Jazz con perspectiva y sin ser sospechoso de arteriosclerosis prematura. Muchas personas todavía son presa de violentas arcadas cuando se encuentran accidentalmente con algunos de sus términos característicos: términos que desde entonces han cedido en intensidad ante los acuñamientos de los bajos fondos. Está tan muerta como lo estaban los escandalosos años noventa en 1902. Sin embargo, el autor de estas líneas siempre la recuerda con nostalgia. Le sostuvo, le halagó y le proporcionó más dinero del que había soñado, simplemente por decirle a la gente que él sentía lo mismo que ella, que había que hacer algo con toda la energía nerviosa acumulada y no gastada durante la guerra.
El período de diez años que, como si se resistiera a morir pasado de moda en la cama, tuvo una muerte espectacular en octubre de 1929, había comenzado más o menos en la época de las revueltas del 1 de mayo de 1919. Cuando la policía cargó contra los jóvenes campesinos desmovilizados que escuchaban embobados a los oradores de Madison Square, lo que hizo fue alienar a los jóvenes más inteligentes del orden dominante. No nos habíamos acordado para nada de la declaración de derechos hasta que Mencken se puso a repetirla machaconamente, pero sí sabíamos que ese tipo de tiranía era propio de las nerviosas nacioncillas del sur de Europa. Si hombres de negocios desalmados influían de aquel modo sobre el Gobierno, entonces quizá a fin de cuentas habíamos ido a la guerra debido a los empréstitos de J. P. Margan. Pero como estábamos cansados de las grandes causas, no hubo más que un breve estallido de indignación moral,
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1 comentario:
Uno de mis escritores favoritos.
Cronista de una época y de sus carencias morales.
Un saludo.
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