Triste tigre, Neige Sinno, p. 107
«Todo en el mundo tiene que ver
con el sexo, excepto el sexo. El sexo es poder», dice una frase famosa que se
atribuye a Osear Wilde. No sé si esta máxima puede aplicarse siempre, pero, en
el contexto de la violencia sexual, me parece que da en el clavo. La gran mayoría
de los abusos sexuales a menores tienen más que ver con el poder que con el
sexo. Por supuesto que se trata de sexo, si bien, en esta configuración, el
sexo es una herramienta de dominación por encima de todo. Los niños lo saben
bien, aunque les sea difícil expresarlo. «No habría sabido explicar por qué me quedaba
allí y dejaba que me tocara», dice la pequeña heroína de Dorothy Allison. «No
era sexo, no era como cuando un hombre y una mujer se acariciaban los cuerpos
desnudos, pero a la vez era algo parecido, algo poderoso y aterrador que él
anhelaba con frenesí y yo no entendía en absoluto.»

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