Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

LA MUJER TEMBLOROSA


La mujer temblorosa, Siri Hustvedt, p. 202

La historia de la mujer temblorosa es la narración de un hecho repetido que, con el paso del tiempo, fue ganando múltiples significados al considerarlo desde diferentes perspectivas. Lo que al principio pareció una anomalía, adquirió una carga emocional y alarmante tras su reaparición. ¿Puede decirse que, con el paso del tiempo, mis respuestas eran psicológicas más que neurológicas? ¿Dónde se fijan los límites? Los científicos suelen hablar de niveles: el nivel neural y el nivel psicológico. Usan una metáfora espacial. Debajo están las neuronas. Un escalón más arriba, la psique. Subimos por una escalera, no muy diferente a la gran cadena del ser medieval. Lo visible existe en el primer peldaño y lo invisible, todo lo psíquico, en el segundo. Una neurona puede verse. Los pensamientos, no. ¿Son las neuronas más reales que los pensamientos? Los científicos hablan a menudo de las representaciones neurales. ¿Cómo representan las neuronas una cosa? Una representación es una imagen o un símbolo de otra cosa. ¿Cómo funciona eso? ¿Existe un estrato llamado cerebro y por encima otro llamado mente que están interconectados de alguna manera? Otros científicos y filósofos añaden un tercer nivel QUE comprende nuestra vida cultural, social y global (aquello que está fuera de nosotros). ¿No cabe la posibilidad de que esta metáfora visual sea problemática, que la idea misma de establecer niveles jerárquicos sea una noción ¿De verdad pueden distinguirse tan claramente el cerebro, la psique y lo cultural? ¿No nacemos en un mundo lleno de otras cosas y otros seres significativos? No tengo una respuesta para estas preguntas pero me planteo, al igual que Wall, si es posible aislar de su contexto una experiencia como el dolor.


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