Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 924. LA CATEDRAL Y EL NIÑO / EDUARDO BLANCO AMOR

La catedral, como casi todas, estaba en medio de la ciudad, y era, también como las demás, un inmenso navío entre pequeñas embarcaciones movedizas, un gran señor entre vasallos oscuros, un príncipe de la Iglesia entre la turba polvorienta de los fieles arrodillados ...
Su cuerpo subía propagándose en el aire, sin una duda, tan seguro en su vertical soberbia, con los contrafuertes tan adheridos a su tronco de granito, como si en vez de apoyarse en ellos fuesen excrecencias rezumadas de su inmenso poder. No era una catedral cuajada en el gesto primario de una expresión unánime, naciendo y muriendo en el suelo del mundo,  después de haberse consentido apenas una aérea evasión de bóvedas y arcos de medio punto, destinados a probar la energía ascensional de la idea divina para humillarse de nuevo sobre la osamenta del planeta.

Ni era divagatoria y silogística, afirmando la fe por lo absurdo con una dialéctica de ojivas, empeñada en alcanzar a Dios mediante el rítmico escalonamiento de unas razones de piedra.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia