Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

RUSA

Los papeles de Puttermesser, Cynthia Ozick, p. 246
Su nombre completo era Lidia Klavdia Girshengornova. Era una bioquímica experimentada; eine sportsdoktorin, había dicho Zhenya, pero luego de un tiempo Puttermesser comprendió que eso significaba algo parecido a un técnico de laboratorio. Había viajado a través de toda la Unión Soviética con su equipo; “mis muchachos" llamaba a esos robustos jóvenes campesinos,   semianalfabetos y salvajes. Un equipo de atletas clase B que trataba de obtener un nivel internacional mientras participaba en competencias locales. Lidia tomaba muestras de su orina cada día para detectar la presencia de los prohibidos esteroides, o tal vez, especulaba Puttermesser (había leído que los soviets dopaban a sus atletas), el trabajo de Lidia fuera asegurarse de que los muchachos recibiesen las dosis adecuadas. Tomaba la precaución de no beber con ellos, pero luchaba y bromeaba con ellos, y le gustaba viajar a ciudades lejanas como Tiflis, Kharkov, Vladivostok, Samarcanda; en especial, le gustaba el viaje al Cáucaso donde los hoteles tenían un aire europeo. Estaba sorprendentemente a la moda. Se pintaba los labios de rojo intenso y su pelo era casi rojo, corto sobre las orejas y con un mechón que caía sobre una ceja. Llevaba calzas negras y un largo suéter con cuello alto que llegaba hasta los muslos. Puttermesser había visto a menudo ese atuendo a la hora del almuerzo en la avenida Lexington, cerca de Bloomingdale's, y se maravilló de lo normal que se veía su joven prima: ¿la habían envuelto sobre una tabla cuando nació, como lo hadan con todos los bebés en la atrasada Rusia? Solo sus zapatos eran inconfundiblemente extranjeros. Olían a fábrica soviética.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia