Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

SEÑORES Y CRIADAS

De Una habitación ajena de Alicia Giménez Bartlett, p.60
A principios de siglo el número de criadas en las casas ricas continuaba siendo alto. Nadie pensaba de modo práctico acerca de qué número de ellas necesitaba en relación al trabajo doméstico. Tampoco eran un simple detalle suntuario. No, estaban allí porque habían estado siempre, y nadie concebía un
apellido digno que anduviera escaso de ellas. Seis criados es una cifra media que nos permite hacemos una idea. Sin embargo, en algunas familias adineradas, no necesariamente grandes fortunas, podía haber fácilmente diez. En el caso de los Vanderbilt, los Rothschild y otros millonarios de la época, debe contarse siempre a partir de veinte, por cada una de las casas que poseían, naturalmente. Los Stephen, padres de Virginia Woolf, tenían ocho criadas en el22 de Hyde Park Gate. Durante la guerra estas condiciones variaron radicalmente. Había posibilidad de trabajar y obtener buenos salarios en las fábricas, de modo que la mano de obra femenina llegó a escasear. En especial porque las muchachas más jóvenes empezaron a considerar aquel trabajo como algo poco deseable, y no por su dureza, no olvidemos lo que era el trabajo en cadena de fabricación durante agotadoras jornadas, lo que le hacía tener mala prensa era el aislamiento al que una muchacha se ve por fuerza sometida en régimen de criada interna. Si los señores vivían continuamente en el campo o pasaban temporadas en una segunda residencia, el servicio estaba por completo cautivo de las circunstancias. Pero también en la ciudad la dificultad de hacer amistades o moverse con libertad existía. La misma Vrrginia
Woolf, en sus diarios, concluye que la gran dificultad de relación con el servicio es el hecho de tener encerradas a dos jóvenes en la cocina mientras Leonard y ella están en el sa16n.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia