Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INICPIT 405. EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA / EDUARDO MENDOZA

CAPÍTULO 1
UNA VISITA INESPERADA
HABÍAMOS SALJDO o a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros tamos elementos a nuestro favor. Todo iba bien: estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. Era una hermosa mañana de abril, hada sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban el campo aparecían cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática, indicio de primavera. Y a partir de ahí todo empezó a ir mal : el cielo se nubló sin previo aviso.  Carrascosa, el de la sala trece, a quien había  encomendado una defensa firme y. de proceder, contundente, se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido y que su madre, desde el cielo, le estaba reprobando su agresividad, no por inculcada menos culposa. Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el  gol que acababan de meternos. Pero sabía que una vez  iniciado el deterioro ya nadie lo pararía y que nuestra suerte deportiva, por así decir, pendía de un hilo. Cuando vi que Toñito se empeñaba en dar cabezazos al travesaño de la portería rival ciscándose en los pases largos y. para que negarlo, precisos, que yo le lanzaba desde medio campo, comprendí que no había nada que hacer, que tampoco aquel año seríamos 

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia