Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 259. EL ANORAK DE PICASSO / JOSE ANTONIO GARRIGA VELA

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Nunca he pertenecido a esa clase de personas que piensan que ciertos lugares quedan impregnados de la energía de quienes los habitaron Incluso hoy, cuando la propia experiencia me ha demostrado lo contrario sigo sin creer en las casas encantadas. Sin embargo nací y estuve viviendo durante cerca de veinte años en una de ellas, Me refiero al piso bajo primera de calle Muntaner 38. No descubrí su magia entonces sino bastantes años más tarde. Tampoco creo que mi manera de ser la haya heredado del famoso artista que ocupó mi cuarto antes de que yo naciera, aunque me agradaría que así fuese. Pero he de confesar que al descubrir lo que había sucedido entre aquellas paredes, los personajes que por alli pasaron y las profundas afinidades que me unían al antiguo inquilino, no tuve más remedio que ceder a la evidencia de que el espíritu de ciertas personas permanece en determinados lugares, como he constatado con la presencia de Santiago Rusiñlol en la casa de Muntaner
No sabría nada de lo que digo si no fuera porque cuando publiqué Muntaner 38, en noviembre de 1996, el escritor barcelonés Enrique Vila-Matas hizo una crítica del libro en la que acababa planteando la siguiente pre-

2 comentarios:

Atalaya dijo...

No creo en las casas encantadas, pero sí en que la imagen de las personas queda para siempre impregnada en los lugares.

Mi madre está enferma, no sé si vivirá, pero sí sé que todo el recorrido que hago por mi barrio de Barcelona está preñado de su presencia, incluso antes de morir.

Ese barrio es ella y sólo ella.

La veo en todas esas calles, en todas esas tiendas, en todos esos bancos. Ni un ladrillo existe al margen de ella.

Pedro Incio dijo...

He vivido en BCN dos años y es una maravilla
Pincio

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