Pensé, entonces, en la mujer de treinta años, símbolo de la antigua y eterna serpiente, y en los hombres que la describieron, y comprendí en ese instante el abismo infranqueable que separa lo vivido de lo impreso: que quienes son capaces, actúan, y aquellos que no lo son y sufren suficientemente por no serlo, escriben sobre ello. Entonces me aparté.
W.Faulkner, Los invictos
1 comentario:
Apartándote, nos lo escribiste. Qué simplista eres, William Faulkner; qué inocente pensando que el que se va con la de treinta no va a escribir y el que no se atreve sí, qué simplista pensando que los del NO, que no escribimos, tenemos como razón que no nos hayamos ido con una de treinta...
Pero qué bonito, William Faulkner, qué bien lo dices, qué bien lo escribes. Qué más da que sea simplista, qué más da que no sea real. Por algo eres quien eres, claro.
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