De El significado de la traición, de Rebecca West, p. 16-17
Desde ese punto de vista, el caso de Anthony Blunt es indefendible. No es a lo que debería tender siempre la ley, que es la franqueza total. Se ha ocultado el grado de importancia que tuvo –o dejó de tener- Anthony Blunt en tanto que informador, lo cual ha desencadenado una desaconsejable falta de confianza en el cuerpo político. No puede haber nada peor para nuestra sociedad que la creencia de que los ricos pueden infringir las leyes a cuyo cumplimiento se obliga en cambio a los pobres. Una vez que trasciende que un miembro de una importante institución social puede saltarse la ley sin que ello vaya en detrimento de su pertenencia a la misma, dicha institución cae en descrédito. Ofrecerle a Anthony Blunt inmunidad procesal a cambio de una declaración acerca de su conducta, y que se le permitiera seguir siendo funcionario de la corte, fue jugar con fuego. Algunos de los abogados del Estado responsables de este anómalo proceder tal vez hayan fallecido ya, pero estaría bien que estos curiosos actos no cayeran en el olvido. Otros aspectos sí pueden olvidarse. A nadie le im porta un comino que las personas en tales circunstancias sean rechazadas por cualquier sociedad culta. Las actividades de tales corporaciones rara vez revisten alguna importancia, y los miembros de las mismas pueden tener trato en sociedad con quienes estimen oportuno, o sean más afines a sus gustos. Ahora bien, ofrecerle a un hombre inmunidad y un cargo a perpetuidad en la parte de la sociedad que se presume que es manantial de toda honra constituye una medida aterradora po r la idiotez que revela. Por fortuna, en lo que atañe a la persona en cuestión, el episodio forma parle de un período que ya toca a su fin. A pesar de todo, sin ningún género de onda fue orquestado por una jerarquía oficial capaz de actuar con fatuidad poniendo en peligro al Estado; si bien no hemos de perder el sueño por culpa de Anthony Blunt, tenemos en cambio motivos serios de recordar que una profesión privilegiada, una jerarquía pomposa, pueden incurrir en errores que a su vez pueden tener peligrosos efectos en nuestras ideas e ideales políticos.
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