Te quiero más que a la salvación de mi alma
LA MUERTE DEL MAESTRO
LA MUERTE DEL MAESTRO
PAGINAS DE “VLADIMIR NABOKOV. LOS AÑOS AMERICANOS” DE BRIAN BOYD.
Sin embargo, la lectura más dolorosa fue la de un libro inacabado, Día tras día, tal vez unas cincuenta veces durante varias semanas de delirio, regresó a The original of Laura, muy completa en su mente, y la leyó en voz alta a “una pequeña concurrencia onírica en un jardín amurallado. Mi público estaba formado por pavos reales, palomas, mis padres, muertos hace ya mucho tiempo, varias niñeras jóvenes en cuclillas y un médico de familia tan viejo que era casi invisible”.
A finales de noviembre [de 1976] concedió una entrevista. Aún se parecía al Nabokov de siempre: “Mi dieta calórica consiste normalmente en pan con mantequilla, miel transparente, vino, pato asado con mermelada de arándanos rojos, y otras comidas sencillas por el estilo… Mi régimen literario es más elaborado, pero dos horas de meditación, entre las dos y las cuatro de la mañana, cuando se evapora el efecto del primer somnífero y no ha empezado aún el del segundo, son casi todo lo que necesita mi nueva novela.” [...] Su insomnio se agravó aún más, se sentía débil todo el día y nunca recobró la energía suficiente para pasar de la imagen mental al papel más que una parte de su nueva novela.
Al separarse de su padre por segunda y última vez, Dmitri le dio un beso en la frente como hacía siempre que se despedía o le daba las buenas noches. Los ojos de Nabokov de repente se llenaron de lágrimas. Cuando Dmitri le preguntó porqué lloraba, Nabokov le contestó que cierta mariposa ya estaba volando, y sus ojos le dejaron claro que no esperaba volver a verla nunca más.
El 30 de junio ingresó en cuidados intensivos. Cuando la congestión bronquial empeoró, la respiración se volvió fatigosa. Habían llamado a otro médico experto, que visitó al paciente por primera vez el 2 de julio. Pero ese día, de espléndido sol, ya era obvio que VN estaba yéndose poco a poco. Vera y Dmitri le hicieron compañía en la habitación, seguros de que estaba conciente, si bien demasiado débil para reaccionar a su presencia. Esa tarde, a las siete menos diez, Nabokov emitió tres veces seguidas un abrupto gemido, sufrió un paro cardíaco y murió.
La tumba de Nabokov es una sencilla y ancha losa de mármol, sin ningún ornato, de color azul marino, con la escueta inscripción: “VLADIMIR NABOKOV ÉCRIVAIN 1899-1977”
Véra Nabokov, aun que lenta y frágil, tradujo Pálido fuego al ruso, supervisó la traducción de Pnin, e incluso, ya octogenaria, llegó a hablar de traducir también Ada al ruso. Pese a que su hijo le rogaba que viajase a Florida y se quedar allí si el lugar le gustaba, Véra no se movió del Montreaux Palace ni de la doble parcela que ocupaba la tumba de su marido, a menos de un kilómetro del hotel. En 1990, cuando se iniciaron importantes reformas en el ala del Cygne, tuvo que desocupar sus habitaciones del Montreaux Palace y alquiló un apartamento que daba al hotel, aún más cerca del cementerio. Tras su muerte, el siete de abril de 1991, sus cenizas se enterraron en la misma urna que las de su marido.
En una secuela inédita de La dádiva, Nabokov había escrito una vez: “La dureza de
una vida interrumpida no es nada comparada con la dureza de una obra interrumpida: las probabilidades de que la primera continúe más allá de la muerte parecen infinitas en comparación con la obra para siempre inacabada. Allí tal vez parezca absurdo, pero aquí permanece no escrita”. La mejor respuesta se encuentra en una obra que Nabokov sí terminó y publicó:
-Pero aún tenemos que decidir acerca de la condenada última voluntad. Bien, ¿qué has escogido?...
-Terminar de escribir algo –dijo en un susurro Cincinnatus en un tono casi de interrogación; pero luego frunció el ceño, forzando el pensamiento, y de repente comprendió que, en realidad, ya estaba todo escrito.
PAGINAS DE “VLADIMIR NABOKOV. LOS AÑOS AMERICANOS” DE BRIAN BOYD.
Sin embargo, la lectura más dolorosa fue la de un libro inacabado, Día tras día, tal vez unas cincuenta veces durante varias semanas de delirio, regresó a The original of Laura, muy completa en su mente, y la leyó en voz alta a “una pequeña concurrencia onírica en un jardín amurallado. Mi público estaba formado por pavos reales, palomas, mis padres, muertos hace ya mucho tiempo, varias niñeras jóvenes en cuclillas y un médico de familia tan viejo que era casi invisible”.
A finales de noviembre [de 1976] concedió una entrevista. Aún se parecía al Nabokov de siempre: “Mi dieta calórica consiste normalmente en pan con mantequilla, miel transparente, vino, pato asado con mermelada de arándanos rojos, y otras comidas sencillas por el estilo… Mi régimen literario es más elaborado, pero dos horas de meditación, entre las dos y las cuatro de la mañana, cuando se evapora el efecto del primer somnífero y no ha empezado aún el del segundo, son casi todo lo que necesita mi nueva novela.” [...] Su insomnio se agravó aún más, se sentía débil todo el día y nunca recobró la energía suficiente para pasar de la imagen mental al papel más que una parte de su nueva novela.
Al separarse de su padre por segunda y última vez, Dmitri le dio un beso en la frente como hacía siempre que se despedía o le daba las buenas noches. Los ojos de Nabokov de repente se llenaron de lágrimas. Cuando Dmitri le preguntó porqué lloraba, Nabokov le contestó que cierta mariposa ya estaba volando, y sus ojos le dejaron claro que no esperaba volver a verla nunca más.
El 30 de junio ingresó en cuidados intensivos. Cuando la congestión bronquial empeoró, la respiración se volvió fatigosa. Habían llamado a otro médico experto, que visitó al paciente por primera vez el 2 de julio. Pero ese día, de espléndido sol, ya era obvio que VN estaba yéndose poco a poco. Vera y Dmitri le hicieron compañía en la habitación, seguros de que estaba conciente, si bien demasiado débil para reaccionar a su presencia. Esa tarde, a las siete menos diez, Nabokov emitió tres veces seguidas un abrupto gemido, sufrió un paro cardíaco y murió.
La tumba de Nabokov es una sencilla y ancha losa de mármol, sin ningún ornato, de color azul marino, con la escueta inscripción: “VLADIMIR NABOKOV ÉCRIVAIN 1899-1977”
Véra Nabokov, aun que lenta y frágil, tradujo Pálido fuego al ruso, supervisó la traducción de Pnin, e incluso, ya octogenaria, llegó a hablar de traducir también Ada al ruso. Pese a que su hijo le rogaba que viajase a Florida y se quedar allí si el lugar le gustaba, Véra no se movió del Montreaux Palace ni de la doble parcela que ocupaba la tumba de su marido, a menos de un kilómetro del hotel. En 1990, cuando se iniciaron importantes reformas en el ala del Cygne, tuvo que desocupar sus habitaciones del Montreaux Palace y alquiló un apartamento que daba al hotel, aún más cerca del cementerio. Tras su muerte, el siete de abril de 1991, sus cenizas se enterraron en la misma urna que las de su marido.
En una secuela inédita de La dádiva, Nabokov había escrito una vez: “La dureza de
una vida interrumpida no es nada comparada con la dureza de una obra interrumpida: las probabilidades de que la primera continúe más allá de la muerte parecen infinitas en comparación con la obra para siempre inacabada. Allí tal vez parezca absurdo, pero aquí permanece no escrita”. La mejor respuesta se encuentra en una obra que Nabokov sí terminó y publicó:
-Pero aún tenemos que decidir acerca de la condenada última voluntad. Bien, ¿qué has escogido?...
-Terminar de escribir algo –dijo en un susurro Cincinnatus en un tono casi de interrogación; pero luego frunció el ceño, forzando el pensamiento, y de repente comprendió que, en realidad, ya estaba todo escrito.
LINDA BOQUITA Y VERDES MIS OJOS
LINDA BOQUITA Y VERDES MIS OJOS
Hablamos de: Lee, Arthur, Joanie, de los Ellenhogen – la señora Leona ¡Guarg¡ y Bob-; del letrado Lissberg y del juez Madre Vittorio; también de Junior y de Shaley y sus líos. Pero sobre todo hablamos de mentiras, una vez más: lies, lies, lies. Y de cigarrillos, muchos cigarrillos, ceniceros llenos, mujeres que encienden cigarros, hombres que los buscan, otros que los encuentran.
La mentira, la gran mentira: parece como si de atrás para adelante, los cuentos de JDS fuesen creciendo en su inabarcable y rotunda falsedad: tanto más verdaderos son cuanto más se miente en ellos.
Y tenemos a la gran Bobary de los cincuenta: así como la epifanía de la obra del Flaubert es ese pase en carromato: vueltas y vueltas al centro de Rouen, aquí nos encontramos con un carromato inmóvil, donde sólo se mueven los cigarrillos y las mentiras; y los mantras. La gran mentira: la novia puesta al desnudo por sus celibatarios mismos.
Por lo demás, pequeñas cosas hermosas y curiosas: esa obsesión del celibatario: ascensoristas, repartidores, policías, la necesidad de que le den un golpe a la chica, los asquerosos guantes blancos; las escasas luces de la novia.
Y al final como siempre la incógnita: ¿qué quiere decir ella cuando se siente floja, totalmente floja? Cuando se siente ¡fatal¡ La femme fatal peut-être?
Sigue De Daumier-Smith's blue period. Elija su
camino:
-1234567891011121314151617-
Hablamos de: Lee, Arthur, Joanie, de los Ellenhogen – la señora Leona ¡Guarg¡ y Bob-; del letrado Lissberg y del juez Madre Vittorio; también de Junior y de Shaley y sus líos. Pero sobre todo hablamos de mentiras, una vez más: lies, lies, lies. Y de cigarrillos, muchos cigarrillos, ceniceros llenos, mujeres que encienden cigarros, hombres que los buscan, otros que los encuentran.
La mentira, la gran mentira: parece como si de atrás para adelante, los cuentos de JDS fuesen creciendo en su inabarcable y rotunda falsedad: tanto más verdaderos son cuanto más se miente en ellos.
Y tenemos a la gran Bobary de los cincuenta: así como la epifanía de la obra del Flaubert es ese pase en carromato: vueltas y vueltas al centro de Rouen, aquí nos encontramos con un carromato inmóvil, donde sólo se mueven los cigarrillos y las mentiras; y los mantras. La gran mentira: la novia puesta al desnudo por sus celibatarios mismos.
Por lo demás, pequeñas cosas hermosas y curiosas: esa obsesión del celibatario: ascensoristas, repartidores, policías, la necesidad de que le den un golpe a la chica, los asquerosos guantes blancos; las escasas luces de la novia.
Y al final como siempre la incógnita: ¿qué quiere decir ella cuando se siente floja, totalmente floja? Cuando se siente ¡fatal¡ La femme fatal peut-être?
camino:
-1234567891011121314151617-
JAMESIANAS
TEXTOS SOBRE HJ
James está aprendiendo, pero me temo que nunca llegará a la pasión.
OSCAR WILDE
El coso ese.
JUAN CARLOS ONETTI
Hay mucho escritores que se disparan en una dirección concreta […] Puede haber un giro mediante el cual se posicionan contar el lector; y esa es la diferencia entre Ulises y Finnegass wake; a Joyce, de golpe, le importa una mierda el lector. Y el Henry James del final es un esfuerzo tremendo.
MARTIN AMIS
Mis sentimiento hacia James son harto complejos. Me cae intensamente mal, pero aquí y allá una expresión en una frase, el cambio de un epíteto, el darle otra vuelta a un adverbio absurdo, me provocan una especie de sacudida eléctrica, como si algún tipo de corriente suya estuviese pasando a través de mi sangre.
NABOKOV
La viejecita más encantadora que he conocido nunca.
FAULKNER
Ese es el problema de James. Al final logra aburrirle a uno. Vivió en una época de carromatos y ausencia de bombas, por lo que los problemas de entonces parecen ahora distantes y lejanos. Esa es una de las que uno se siente inquieto al leerle. James es… Bueno, una vez tuve un bulldog que solía arrastrar barras enormes, de seis, ocho y diez pies. Le encantaba agarrarlas por la mitad, y oías como gruñía tratando de arrastrarlas a casa… Entonces trataba de hacerlas pasar por la entrada del jardín, todo perfectamente alineado, y allí era cuando ¡Pof¡ Chocaba contra los postes de la verja. Al final conseguía hacerlas pasar, y esa era la sensación que me sobrevenía con algunas de las novelas de James; que intentaba hacer pasar una de esas barras por una puerta que no era suficientemente ancha.
JAMES THURBER
Henry James hubiese mejorado inmensamente como novelista con solo dar unas cuantas bocanadas de airea los suburbios de Chicago.
H.L.MENCKEN
No escatima recursos para relatar sus invenciones muertas… Sus vastos párrafos sudan y luchan; ni siquiera si el significado procesional que tratan de alcanzar fuera DIOS mismísimo podrían sudar, dar codazos y luchar más.
H.G.WELLS
El señor HJ escribe como si fuese una obligación desagradable.
OSCAR WILDE
TODO SACADO DE “ESCRITORES CONTRA ESCRITORES” DE ALBERT ANGELO DE EL ALEPH DE 2006.
POR FIN ALGUIEN JOVEN QUE HA LEIDO A JUAN BENET
55
Suenan acordes en el desierto de Albacete, siempre suenan. Se extienden en ondas por un paisaje sin rozamiento. Como aquellos acordes monótonos y primitivos que, según Benet, avanzaban por Región y terminaban golpeando los cristales de las ventanas. O como esas prolongaciones lentas pero eficaces que consignó René Thom en su Teoría de Catástrofes. Suena acordes, Fernando le está dando: una silla entre los dos surtidores, la guitarra y el ampli conectado. Las cejas, líneas rectas, espejos del horizonte sobre unos ojos que mantienen la mirada fija buscando el fiel de una balanza. Una idea recurrente: le parece mentira cómo n objeto tan pequeño como una guitarra puede llegar a llenar con su sonido semejante espacio, hacer salir a los insectos y que se escondan los niños. A lo lejos ve rodar unas cuantas bolas de papel de periódico, tarde o temprano vuelven y se van. Hace unas pocas más con un taco de periódicos que tiene a su izquierda y las tira más allá de la carretera. Improvisa acordes mientras observa sus movimientos. Se acerca un coche negro con una línea de luces que se desplazan en la parrilla delantera de izqda a dcha. Con pericia de cine, el Pontiac Trans AM del 82 se detiene en la gasolinera. Fernando deja la guitarra e intercambia con el conductor un vago saludo militar llevándose la mano a la frente. Qué hay Fernando. Bien, Michel, bien, ¿lleno? Sí. El surtidor se pone en marcha con un sonido que recuerda a una trituradora. Michael sale del coche y se acoda en el cartel de Wynn’s. Habitualmente le saca tres cabezas a Fernando. Hoy, con las nuevas botas de serpiente, tres y media. Qué Michael, ¿mucho trabajo?, dice Fernando juntando cejas. Pse, pse, responde. Ahora ando buscando a quien está tirando esas bolas de papel de periódico, recorren todo el desierto, hay cientos, asustan a las ovejas. Sí, es una putada, contesta Fernando. Después ya no habln. Michael paga con un cheque de la Fundación Para La Ley y El Orden, se despiden con un idéntico movimiento de la mano sobre la frente, y Fernando le dice, ¡Michael, suerte¡ El Pontiac sale dibujando una S. Toma la guitarra, clava de nuevo la vista en el fiel del horizonte, y comienza a tontear los acorde de El Coche Fantástico.
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo
Suenan acordes en el desierto de Albacete, siempre suenan. Se extienden en ondas por un paisaje sin rozamiento. Como aquellos acordes monótonos y primitivos que, según Benet, avanzaban por Región y terminaban golpeando los cristales de las ventanas. O como esas prolongaciones lentas pero eficaces que consignó René Thom en su Teoría de Catástrofes. Suena acordes, Fernando le está dando: una silla entre los dos surtidores, la guitarra y el ampli conectado. Las cejas, líneas rectas, espejos del horizonte sobre unos ojos que mantienen la mirada fija buscando el fiel de una balanza. Una idea recurrente: le parece mentira cómo n objeto tan pequeño como una guitarra puede llegar a llenar con su sonido semejante espacio, hacer salir a los insectos y que se escondan los niños. A lo lejos ve rodar unas cuantas bolas de papel de periódico, tarde o temprano vuelven y se van. Hace unas pocas más con un taco de periódicos que tiene a su izquierda y las tira más allá de la carretera. Improvisa acordes mientras observa sus movimientos. Se acerca un coche negro con una línea de luces que se desplazan en la parrilla delantera de izqda a dcha. Con pericia de cine, el Pontiac Trans AM del 82 se detiene en la gasolinera. Fernando deja la guitarra e intercambia con el conductor un vago saludo militar llevándose la mano a la frente. Qué hay Fernando. Bien, Michel, bien, ¿lleno? Sí. El surtidor se pone en marcha con un sonido que recuerda a una trituradora. Michael sale del coche y se acoda en el cartel de Wynn’s. Habitualmente le saca tres cabezas a Fernando. Hoy, con las nuevas botas de serpiente, tres y media. Qué Michael, ¿mucho trabajo?, dice Fernando juntando cejas. Pse, pse, responde. Ahora ando buscando a quien está tirando esas bolas de papel de periódico, recorren todo el desierto, hay cientos, asustan a las ovejas. Sí, es una putada, contesta Fernando. Después ya no habln. Michael paga con un cheque de la Fundación Para La Ley y El Orden, se despiden con un idéntico movimiento de la mano sobre la frente, y Fernando le dice, ¡Michael, suerte¡ El Pontiac sale dibujando una S. Toma la guitarra, clava de nuevo la vista en el fiel del horizonte, y comienza a tontear los acorde de El Coche Fantástico.
Nocilla Dream, de Agustín Fernández Mallo
EL PERIODO AZUL DE DAUMIER-SMITH
EL PERIODO AZUL DE DAUMIER-SMITH
Perfectos la introducción, con esa dedicatoria falsa a alguien de quien apenas se dice nada; y el final, con la Chica Americana en Shorts, el abandono de la Hermana Ira –la Dulce- y la continuidad de Bambi. En el entretanto un cuento hermoso sobre la pintura, la belleza, las mujeres y la reclusión.
Un poco antes del final: la EXPERIENCIA, una escena, un flash, una epifanía, con esa mujer entre ortopedia -¿hay algo menos zen que los aparatos ortopédicos?( Sí, los ventrílocuos). El chico hace ademán de tenderle la mano, pero el vidrio está en el medio. Nota para eruditos: estudiar las analogías con Luis Buñuel y su fetichismos: La vida criminal, Ese oscuro objeto.
Interesante: el toque fifty del cuento, que si bien trata de los años 30, no puede desentenderse del touch 50’s en el que escribe JDS. Otra nota: relaciones con Capote, Truman Capote. Y humor, mucho humor. Con sus estancias físicas en la escuela de arte, toutes les choses en français, le Ritz, el paralítico con mucho dinero –que aparece dos veces, la menos- , los perros barcinos, el amor a la monja: algún sábado, por casualidad; ¿le resulta satisfactorio ser monja?; la lentitud de esos días insufribles; “yo mismo vivo como un mal monje”; ¿cuáles son sus días de visita?
Grandes artistas: Sargent: John Singer Sargent y Antonello de Messina; y ese Picasso, que no hacía caso a nadie.
Y para terminar, una pregunta: ¿Quién es el quinto alumno?
Perfectos la introducción, con esa dedicatoria falsa a alguien de quien apenas se dice nada; y el final, con la Chica Americana en Shorts, el abandono de la Hermana Ira –la Dulce- y la continuidad de Bambi. En el entretanto un cuento hermoso sobre la pintura, la belleza, las mujeres y la reclusión.
Un poco antes del final: la EXPERIENCIA, una escena, un flash, una epifanía, con esa mujer entre ortopedia -¿hay algo menos zen que los aparatos ortopédicos?( Sí, los ventrílocuos). El chico hace ademán de tenderle la mano, pero el vidrio está en el medio. Nota para eruditos: estudiar las analogías con Luis Buñuel y su fetichismos: La vida criminal, Ese oscuro objeto.
Interesante: el toque fifty del cuento, que si bien trata de los años 30, no puede desentenderse del touch 50’s en el que escribe JDS. Otra nota: relaciones con Capote, Truman Capote. Y humor, mucho humor. Con sus estancias físicas en la escuela de arte, toutes les choses en français, le Ritz, el paralítico con mucho dinero –que aparece dos veces, la menos- , los perros barcinos, el amor a la monja: algún sábado, por casualidad; ¿le resulta satisfactorio ser monja?; la lentitud de esos días insufribles; “yo mismo vivo como un mal monje”; ¿cuáles son sus días de visita?
Grandes artistas: Sargent: John Singer Sargent y Antonello de Messina; y ese Picasso, que no hacía caso a nadie.
Y para terminar, una pregunta: ¿Quién es el quinto alumno?
CUERPO A TIERRA, QUE VIENEN LOS NUESTROS
Está la cosa mal, muy mal. ¿Al suelo al suelo, que vienen los nuestros¡ Ayer Félix de Azúa en El País y anteayer Arcadi Espada en El Mundo arremeten contra ZP.
No queda más remedio que defenderlo: ¿Ladran Sancho? Luego cabalgamos.
Aunque me sabe mal, como dicen en BCN, meterme en política.
El artículo de Don Félix no lo encontré en la red; pero el de Don Arcadio sí, y es impresentable. Se decida a sacar de contexto algunas cosas de ZP y a insultarlo como “literato”: igualito que a Ana Ozores, ¿será que no hemos salido de Vetusta?
Tenemos un presidente literato, ¿qué pasa?
Algunas perlas –ensangrentadas-:
«Le preguntan [a Zapatero] por las chicas, y contesta con una frase hermética, tal vez de Gamoneda: 'La mayor con 13 años ya sabe que está convidada a la vida'».
«La primera vez que vi a Sonsoles con ese chubasquero amarillo, El País en la mano, en el hall de la facultad, cuando la vi y la miré a la cara, dije: 'Tengo que hacer lo que sea. Tuve mucho trabajo, mucha competencia, porque Sonsoles es una mujer guapa [¡e inteligente, claro!]. Entonces supe que lo que debía hacer era invitarle a un proyecto vital compartido».
«Después de ocho años de derechas hemos tenido un año de derechos».
«No es cierto que la verdad nos hace libres, es la libertad la que nos hace más verdaderos».
«Las palabras han de estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras».
«Cuando leemos la Biblioteca de Babel no podemos evitar la sensación de que en esas pocas páginas están contenidos todos los libros que los hombres han escrito y escribirán, además de todos los restantes, que son la infinita mayoría». «Prologar a Borges resulta muy difícil cuando Borges es el prólogo de uno mismo, y eso es exactamente lo que le ocurre a este prologuista».
«Durante un tiempo, cuando era más joven, estuve enfermo de Borges; todavía no estoy seguro de haberme curado. Cuando uno enferma de Borges se pregunta por qué la gente sigue, seguimos, escribiendo».
No queda más remedio que defenderlo: ¿Ladran Sancho? Luego cabalgamos.
Aunque me sabe mal, como dicen en BCN, meterme en política.
El artículo de Don Félix no lo encontré en la red; pero el de Don Arcadio sí, y es impresentable. Se decida a sacar de contexto algunas cosas de ZP y a insultarlo como “literato”: igualito que a Ana Ozores, ¿será que no hemos salido de Vetusta?
Tenemos un presidente literato, ¿qué pasa?
Algunas perlas –ensangrentadas-:
«Le preguntan [a Zapatero] por las chicas, y contesta con una frase hermética, tal vez de Gamoneda: 'La mayor con 13 años ya sabe que está convidada a la vida'».
«La primera vez que vi a Sonsoles con ese chubasquero amarillo, El País en la mano, en el hall de la facultad, cuando la vi y la miré a la cara, dije: 'Tengo que hacer lo que sea. Tuve mucho trabajo, mucha competencia, porque Sonsoles es una mujer guapa [¡e inteligente, claro!]. Entonces supe que lo que debía hacer era invitarle a un proyecto vital compartido».
«Después de ocho años de derechas hemos tenido un año de derechos».
«No es cierto que la verdad nos hace libres, es la libertad la que nos hace más verdaderos».
«Las palabras han de estar al servicio de la política y no la política al servicio de las palabras».
«Cuando leemos la Biblioteca de Babel no podemos evitar la sensación de que en esas pocas páginas están contenidos todos los libros que los hombres han escrito y escribirán, además de todos los restantes, que son la infinita mayoría». «Prologar a Borges resulta muy difícil cuando Borges es el prólogo de uno mismo, y eso es exactamente lo que le ocurre a este prologuista».
«Durante un tiempo, cuando era más joven, estuve enfermo de Borges; todavía no estoy seguro de haberme curado. Cuando uno enferma de Borges se pregunta por qué la gente sigue, seguimos, escribiendo».
A ANTE CABE CON DE DESDE EN HACIA HASTA PARA POR SEGUN TRASEL CUENTO "TEDDY" DE JD SALINGER
TEDDY
Como todos los libros de JDS, la cubierta no trae nada, ni una foto, ni una fecha, nada. Lo único que me acerca al autor es la célebre imagen donde un anciano –que sale de un supermercado- golpea la ventana del coche desde el que un paparazzi lo retrata. Oscuridad. Desconocimiento también de los “9 cuentos”, no es mala idea ir leyéndolos uno a uno sin buscar ni encontrar el contexto.
Lo primero que llama la atención es el tono exacto que JDS le da a su Teddy, le mot juste en cada intervención de un niño prodigio. Es un pequeño prodigio literario que recuerda un poco al tono coloquial de “El Jarama”. También hay relaciones con el Alfanhuí, lo bien que ambos escritores conocen o muestran a los niños –el subir las escaleras, la guardamarina, el ser amable con el bibliotecario-; algo que, por cierto, manejan muy bien los escritores americanos: hay una gran literatura sobre adolescentes en USA.
Recuerda también, al revés a “Lo que Maisie sabía”: allí donde H James trabaja en todo lo que un niño sabe pero nosotros desconocemos, JDS trabaja en mostrarnos la literalidad de esa sabiduría; allí donde HJ se esfuerza en mostrarnos el punto de vista de Maisie desde el punto de vista de los mayores –¡un trabajo magnífico¡-, JDS se rinde y nos muestra al espléndido Teddy en acción. Sólo aparece un punto de vista cuando nos dice “que tenía un observador solitario pero interesado” –observador que es anunciado al principio del cuento: “Ese hombre estaba en el gimnasio hace un rato…”-, cuando ya el cuento se acerca al final, en su penúltimo bloque. Otra diferencia con HJ: allí donde HJ alude, JDS señala, apunta, significa. Donde JDS es zen, HJ es pragmático; donde JDS es espiritual, HJ es una vieja cotilla.
Otro prodigio es el dominio del tiempo: el cuento dura 25’, desde las 10.05 a las 10.30, cuando Teddy muere, ¿o no?.
La última parte es la más filosófica: totalmente de acuerdo con Teddy: las cosas existen porque sabemos de ellas, las cosas son porque las nombramos, como dice el libro: “¿cuál es el sonido de la palmada de una sola mano?” No quiero extenderme más, y sólo lo pongo como una nota de lectura: todo lo de lacaniano avant la leerte que tiene el cuento: me recordaba tanto tanto tanto a las imágenes de Jacques Lacan haciendo elefantes de papel en su seminario de la Escuela de Altos Estudios. Por cierto, ante Levi-Strauss, Foucault, Derrida, Barthes, Jesús Ferrero y todos esos pirados. Otra nota: la discusión entre Bertrand Rusell y Witgenstein sobre la estancia o ausencia de un hipopótamo en la habitación del “collage”… Pero son meros apuntamientos.
Lo mejor, claro está: el grito reverberando entre las cuatro paredes de azulejos:
Sigue Teddy. Elija su camino:
-123456789101112131415161718-
Como todos los libros de JDS, la cubierta no trae nada, ni una foto, ni una fecha, nada. Lo único que me acerca al autor es la célebre imagen donde un anciano –que sale de un supermercado- golpea la ventana del coche desde el que un paparazzi lo retrata. Oscuridad. Desconocimiento también de los “9 cuentos”, no es mala idea ir leyéndolos uno a uno sin buscar ni encontrar el contexto.
Lo primero que llama la atención es el tono exacto que JDS le da a su Teddy, le mot juste en cada intervención de un niño prodigio. Es un pequeño prodigio literario que recuerda un poco al tono coloquial de “El Jarama”. También hay relaciones con el Alfanhuí, lo bien que ambos escritores conocen o muestran a los niños –el subir las escaleras, la guardamarina, el ser amable con el bibliotecario-; algo que, por cierto, manejan muy bien los escritores americanos: hay una gran literatura sobre adolescentes en USA.
Recuerda también, al revés a “Lo que Maisie sabía”: allí donde H James trabaja en todo lo que un niño sabe pero nosotros desconocemos, JDS trabaja en mostrarnos la literalidad de esa sabiduría; allí donde HJ se esfuerza en mostrarnos el punto de vista de Maisie desde el punto de vista de los mayores –¡un trabajo magnífico¡-, JDS se rinde y nos muestra al espléndido Teddy en acción. Sólo aparece un punto de vista cuando nos dice “que tenía un observador solitario pero interesado” –observador que es anunciado al principio del cuento: “Ese hombre estaba en el gimnasio hace un rato…”-, cuando ya el cuento se acerca al final, en su penúltimo bloque. Otra diferencia con HJ: allí donde HJ alude, JDS señala, apunta, significa. Donde JDS es zen, HJ es pragmático; donde JDS es espiritual, HJ es una vieja cotilla.
Otro prodigio es el dominio del tiempo: el cuento dura 25’, desde las 10.05 a las 10.30, cuando Teddy muere, ¿o no?.
La última parte es la más filosófica: totalmente de acuerdo con Teddy: las cosas existen porque sabemos de ellas, las cosas son porque las nombramos, como dice el libro: “¿cuál es el sonido de la palmada de una sola mano?” No quiero extenderme más, y sólo lo pongo como una nota de lectura: todo lo de lacaniano avant la leerte que tiene el cuento: me recordaba tanto tanto tanto a las imágenes de Jacques Lacan haciendo elefantes de papel en su seminario de la Escuela de Altos Estudios. Por cierto, ante Levi-Strauss, Foucault, Derrida, Barthes, Jesús Ferrero y todos esos pirados. Otra nota: la discusión entre Bertrand Rusell y Witgenstein sobre la estancia o ausencia de un hipopótamo en la habitación del “collage”… Pero son meros apuntamientos.
Lo mejor, claro está: el grito reverberando entre las cuatro paredes de azulejos:
-123456789101112131415161718-
PELIGRO EN EL AMBIENTE
Esta es una noticia aparecida en el periódico del lunes; el gobierno amenaza con gobernar. Como decía el otro: ¡Al suelo, al suelo, que vienen los nuestros¡
Saluditos
La Xunta aparca el Estatuto para concentrarse en gobernar
EL PAÍS - Santiago - 05/02/2007
Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana han optado por aparcar la redacción de un nuevo Estatuto de Autonomía de Galicia y centrarse en explotar al máximo las competencias de la Xunta con el marco estatutario actual. El presidente y vicepresidente de la Xunta expresarán esta estrategia en el debate especial que se celebra mañana en el Parlamento, para explicar por qué no ha sido posible un acuerdo para un nuevo Estatuto. Según informaron fuentes del Gobierno a Europa Press, Touriño tiene previsto avanzar la estrategia de la Xunta para retomar las negociaciones con Madrid sobre transferencias pendientes y nuevas competencias para Galicia.
Por su parte, el presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, es partidario de retomar las negociaciones después de las elecciones municipales que se celebrarán el 27 de mayo. Núñez Feijóo afirmó: "Yo no defendí, ni defiendo para Galicia una fórmula tan españolista como la adoptada en los nuevos estatutos de Extremadura y Andalucía, pero tampoco aceptamos ser definidos como una nación".
Feijóo reiteró que la propuesta de su formación política para definir a Galicia en el futuro texto contiene el término "sentimiento nacional".
Saluditos
La Xunta aparca el Estatuto para concentrarse en gobernar
EL PAÍS - Santiago - 05/02/2007
Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana han optado por aparcar la redacción de un nuevo Estatuto de Autonomía de Galicia y centrarse en explotar al máximo las competencias de la Xunta con el marco estatutario actual. El presidente y vicepresidente de la Xunta expresarán esta estrategia en el debate especial que se celebra mañana en el Parlamento, para explicar por qué no ha sido posible un acuerdo para un nuevo Estatuto. Según informaron fuentes del Gobierno a Europa Press, Touriño tiene previsto avanzar la estrategia de la Xunta para retomar las negociaciones con Madrid sobre transferencias pendientes y nuevas competencias para Galicia.
Por su parte, el presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, es partidario de retomar las negociaciones después de las elecciones municipales que se celebrarán el 27 de mayo. Núñez Feijóo afirmó: "Yo no defendí, ni defiendo para Galicia una fórmula tan españolista como la adoptada en los nuevos estatutos de Extremadura y Andalucía, pero tampoco aceptamos ser definidos como una nación".
Feijóo reiteró que la propuesta de su formación política para definir a Galicia en el futuro texto contiene el término "sentimiento nacional".
TERRIBLE. TOJEIRO HA MENTIDO
Así es, hoy se publica en El País la noticia de El bolígrafo, la máquina de la verdad, donde se ve y escucha que el señor Tojeiro es un mentiroso. No le pusieron droga en el colacao¡¡
El enlace es: http://www.ep3.es/?obj_id=3535
Saluditos
El enlace es: http://www.ep3.es/?obj_id=3535
Saluditos
CINCO MESES SIN FUMAR
Fumar es un placer
genial, sensual.
Fumando espero
al hombre a quien yo quiero,
tras los cristales
de alegres ventanales.
Mientras fumo,
mi vida no consumo
porque flotando el humo
me suelo adormecer...
Tendida en la chaisse longue
soñar y amar...
Ver a mi amante
solícito y galante,
sentir sus labios
besar con besos sabios,
y el devaneo
sentir con más deseos
cuando sus ojos veo,
sedientos de pasión.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.
Dame el humo de tu boca.
Anda, que así me vuelvo loca.
Corre que quiero enloquecer
de placer,
sintiendo ese calor
del humo embriagador
que acaba por prender
la llama ardiente del amor.
Mi egipcio es especial,
qué olor, señor.
Tras la batalla
en que el amor estalla,
un cigarrillo
es siempre un descansillo
y aunque parece
que el cuerpo languidece,
tras el cigarro crece
su fuerza, su vigor.
La hora de inquietud
con él, no es cruel,
sus espirales son sueños celestiales,
y forman nubes
que así a la gloria suben
y envuelta en ella,
su chispa es una estrella
que luce, clara y bella
con rápido fulgor.
Por eso estando mi bien
es mi fumar un edén.
Música: Juan Viladomat Masanas
Letra: Félix Garzo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
WIKIPEDIA
Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia