Bartebly y compañía, Enrique Vila-Matas, p. 166
Pynchon se graduó en literatura
inglcsa en la Universidad de Cornell en 1958 y trabajó como redactor para la
Boeing. A partir de ahí, nada de nada. Y ni una foto o, mejor dicho, una de sus
años de escuela en la que se ve a un adolescente francamente feo y que no
tiene, además, por qué necesariamente ser Pynchon, sino una más que probable
cortina de humo.
Cuenta José Antonio Gurpegui una
anécdota que hace años le contó su añorado amigo Peter Messent, profesor de
literatura norteamericana en la Universidad de Nottingham. Messent hizo su
tesis sobre Pynchon y, como es normal, se obsesionó por conocer al escritor que
tanto había estudiado. Tras no pocos contratiempos, consiguió una breve
entrevista en Nueva York con el deslumbrante autor de Subasta del lote 49. Los
años pasaron y cuando Messent se había convertido ya en el prestigioso profesor
Messent —autor de un gran libro sobre Hemingway— fue invitado, en Los Ángeles,
a una reunión de íntimos con Pynchon. Para su sorpresa, el Pynchon de Los
Ángeles no era en absoluto la misma persona con la que él se había entrevistado
años antes en Nueva York', pero al igual que aquél conocía perfectamente
incluso los detalles más de su obra. Al terminar la reunión, Messent se atrevió
a exponer la duplicidad de personajes, a lo que Pynchon, o quien fuere, contesté)
sin la menor turbación:
—Entonces usted tendrá que
decidir cuál es el verdadero.

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