Entra el fantasma, Isabella Hammad, p. 173
-Metis estaba embarazada del hijo
de Zeus —leí—. Un oráculo le dijo a Zeus que si Metis tenía un hijo, usurparía
el trono cuando creciera. ¿Sabes lo que significa eso? Significa que Zeus ya no
sería rey de los dioses, sino que el rey sería su hijo. Y Zeus no quería eso,
¿y qué hizo entonces? —Miré más adelante-. Decidió comérsela. iSe la comió!
Córcholis. —Seguí leyendo—. Y Metis era muy lista, y le dio consejos a Zeus
desde el interior de su cerebro. Precioso. —Vi que Emil miraba mi cara en lugar
de seguir las palabras de la página, así que quizá no supiera Ieer después de
todo, sino que se limitaba a escuchar. Empecé a improvisar - Y así, encerrada
dentro del cerebro de Zeus, Metis se puso a coser y coser y coser, y tejió una
armadura completa para el hijo que aún no había nacido, y mientras barriga
creció y creció y creció. Y a veces, solo para irritar a Zeus, sacudía la
máquina de coser y él notaba unos ligeros pinchazos detrás del ojo.
Emil rió brevemente.
—Un día, Zeus sintió un horrible
dolor de cabeza. Esta vez era peor que cuando Metis sacudía su máquina de
coser. Le zumbaba, zumbaba y zumbaba, como si alguien tratara de salir de allí.
El dolor de cabeza empeoró tanto que finalmente Zeus pidió a su amigo Ares que
le abriera la cabeza con un hacha. ¿Te imaginas? Un dolor de cabeza tan fuerte
que lo mejor que puedes hacer para eliminarlo es darte de hachazos.
Me miró. No estaba segura de que
lo hubiera entendido.
—No me lo puedo imaginar —dije.
—Yo sí —dijo Emil.
—Ah, ¿sí? —dije complacida.
Eramos camaradas—. Así que
Ares levantó el hacha, apuntó a
la cabeza de Zeus y ¡TOMACASTAÑA! La cabeza se abrió por la mitad y de allí
salió Atenea, vestida con la armadura y lista para la batalla.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario