Mucho puede decirse en favor de las reglas; casi lo mismo que en alabanza de la sociedad civil. Un hombre formado según las reglas jamás producirá nada absurdo y absolutamente malo, así como el que obra con sujeción a las leyes y a la urbanidad nunca puede ser un vecino insoportable ni un gran malvado. Sin embargo toda regla asfixia los verdaderos sentimientos y destruye la verdadera expresión de la naturaleza.
Goethe, Las penas del joven Werther, 1774
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