Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

DE LA LECTURA


Los últimos días de Roger Federer,  Geoff Dyer, p. 92

dejar la lectura de algunos libros. He renunciado más de una vez a El hombre sin atributos, Proust (un volumen de siete, dos veces), Los hermanos Karamazov (lo acabo de comprobar: entre las páginas 80 y 81 encontré la cuenta de un restaurante de Bolonia de 2012; pensaba que había avanzado más, en alguna fecha posterior), Los embajadores ( cada vez poseído por la convicción, a la vez borrosa e insistente, de que mis gafas de leer estaban cambiando de graduación a mitad de frase), y casi todo Faulkner. Me parece que leí Luz de agosto cuando tenía veinte años (las anotaciones lo demuestran), pero desistí de releerlo después de cincuenta páginas cuando tenía sesenta. El ruido y la furia fue un juego de niños: tres páginas bastaron para convencerme de que nunca lo lograría. Creo a la gente que dice que El ruido y la furia se vuelve genial cuando llegas a la segunda parte o, idealmente, cuando lo lees entero por segunda vez; lo que rara vez escuchas es cómo pasar de la primera parte por primera vez. Ojalá hubiera leído El hombre sin atributos y todo Dostoievski cuando tenía poco más de veinte años. Es extraño que resulte más fácil leer libros difíciles cuando uno sabía menos sobre libros y lectura. Y qué curioso el estatus de Dostoievski: uno de los más grandes, todo el mundo está de acuerdo, pero el mejor momento para leerlo parece ser cuando estás al final de la adolescencia, mientras tu gusto está en proceso de formación ... gracias a la experiencia de leer a escritores corno Dostoievski. (Hablarnos de crecer gracias a ciertos escritores y libros -El guardián entre el centeno o Trampa 22-, pero tal vez registren, corno las marcas de nuestra estatura en el marco de la puerta donde vivíamos de pequeños, cuánto nos han ayudado a crecer más allá de nosotros mismos). 


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