Iluminaciones, Walter Benjamin, p. 220
Las masas tienen derecho a exigir
que se modifiquen las relaciones de propiedad, pero el fascismo procura que se
expresen precisamente para su conservación. En consecuencia) el fascismo apunta
a una estetización de la vida política. A la violación de las masas, que el fascismo
impone por la fuerza con el culto al caudillo, corresponde la violación de todo
un mecanismo que el propio fascismo pone al servicio de la producción de
valores propios del culto.
Todos los esfuerzos llevados a
cabo por la estetización de la política culminan en un solo punto. Y ese punto
es la guerra. La guerra, y solo ella, hace posible ofrecerle una meta a los
movimientos de masas a gran escala, conservando a la vez las relaciones
heredadas de propiedad. Así es como se formula el estado de la cuestión desde la
política. Desde la técnica, se formula del modo siguiente: solo la guerra hace
posible movilizar todos los medios técnicos del tiempo presente, conservando a
la vez las relaciones de propiedad. Claro que la apoteosis de la guerra en el
fascismo no se sirve de estos argumentos. A pesar de lo cual, es instructivo
echarles una ojeada. En el manifiesto de F. T. Marinetti sobre la guerra
colonial de Etiopía se llega a decir: “Desde hace veintisiete años nos estamos alzando
los futuristas en contra de que se considere a la guerra antiestética [ ... ].
Por ello afirmamos: la guerra es bella, porque, gracias a las máscaras de gas,
al terrorífico megáfono, a los lanzallamas y a las tanquetas, funda la
soberanía del hombre sobre la máquina subyugada. La guerra es bella, porque
inaugura el sueño de la metalización del cuerpo humano. La guerra es bella, ya
que enriquece las praderas florecidas con las ígneas orquídeas de las ametralladoras.
La guerra es bella, ya que reúne en una sinfonía los tiroteos, los cañonazos,
las pausas en el combate, los perfumes y olores de la descomposición. La guerra
es bella, ya que crea arquitecturas nuevas, como la de los tanques, la de las
escuadrillas formadas geométricamente, la de las espirales de humo en las
aldeas incendiadas y muchas otras
No hay comentarios:
Publicar un comentario