-A puñetazo limpio. Conocerá usted la célebre biografía “apasionada” que publicó Felipe Ximénez de Sandoval en 1941.
-Desde luego. Y a Felipe también le conocí. Hace años que murió.
-¿No le parece que es una biografía llena de agresividad? Hay una exaltación mística de los puñetazos, las pistolas y las purgas con aceite de ricino. Sandoval la llama la “santa violencia” y habla de ella con el fervor y el entusiasmo de los autores eróticos cuando describen actos íntimos. Chorros de frenesí, oleadas de entusiasmo, espasmos de gloria.
-Felipe era un romántico y se exaltaba con facilidad. Creo que Franco le prohibió una novela y todo.
-¿Cuál?¿Camisa azul? No sabía que se hubiera prohibido. Lo que la censura sí le obligó a retocar fue precisamente la biografía de José Antonio.
-Quizá me confunda. Sé que durante la guerra e inmediatamente después se prohibieron y censuraron novelas de algunos falangistas.
-La fiel infantería, de García Serrano…
-Sí, sí, ésa sí estuvo prohibida.
-Pero, con su permiso, esas novelas defendían y glorificaban el asesinato político. Creo que es García Serrano quien habla con complacencia d acuchillar carne de rojo, con estas mismas palabras. Y los falangistas que salen en Camisa azul, más que revolucionarios o reformistas sociales, parecen matones impacientes por apretar el gatillo. Pero José Antonio no era así, el personalmente no era un matón y mucho menos un sádico.
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-Pero, ¿se pensaba en serio aplicar un programa así? Expropiar tierras, nacionalizar la banca…
-Era una revolución, la revolución nacionalsindicalista, y atrajo a muchos militantes de organizaciones de izquierda. Santiago Montero y Martín Almagro habían militado en el Partido Comunista antes de pasarse a los nuestros.
-También hubo conversaciones entre ustedes y Angel Pestaña, cuando éste se separó de la CNT y fundó el Partido Sindicalista.
-Sé que hubo conversaciones en 1935, con Angel Pestaña y Diego Abad de Santillán, que era de la FAI.
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-En Burgos formaron ustedes un pequeño círculo, como en Salamanca.
-Estuvimos en estrecho contacto con el departamento de propaganda y con los intelectuales de nuestro bando; las animadoras eran Vicky Eiroa, Carmen García del Salto, que era regidora central de enfermeras, y Laly Ridruejo, que ya se encargaba de la administración y pronto sería regidora central de ese negociado. Nos reuníamos con su hermano Dionisio, con Antonio Tovar, Pedro Laín Entralgo, Javier Conde, GTB… Por entonces se hizo oficial la muerte de José Antonio. Dionisio propuso publicar un libro colectivo de sonetos de homenaje. Colaboraron algunos de los que le he citado más Eugenio D’Ors, Gerardo Diego, Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales, Manuel Machado… la flor y nata.
-Y Eduardo Marquina, Ignacio Agustí, José María Alfaro Polanco, Alvaro Cunqueiro, Eugenio Montes, Leopoldo Panero, Pedro Laín Entralgo…la flor y nata del régimen.
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