Te quiero más que a la salvación de mi alma
LA VIDA ORDINARIA
Herzog, de Saul Bellow, p.146
La cuestión de la experiencia humana ordinaria es la principal de estos últimos siglos, como Montaigne y Pascal, que en lo demás no coincidían, comprendieron con claridad. La fuerza de la virtud de un hombre o su capacidad espiritual se miden por su vida ordinaria.
AMOR
De El animal moribundo de Philip Roth
«Siempre carecerás de autoridad ante esa chica. Nunca serás tú quien mande. Hay en esta relación algo que te enloquece, y eso no cambiará. Si no la rompes definitivamente, al final ese algo te destruirá. Con ella no te limitas a satisfacer una necesidad natural. Esto es la patología en su forma más pura. Mira, considéralo como crítico, desde un punto de vista profesional. Has violado la ley de la distancia estética. Has imbuido de sentimiento la experiencia estética con esta chica... la has personalizado, la has sentimentalizado, y has dejado de percibir la separación esencial para tu goce." ¿Sabes cuándo sucedió? La noche en que se quitó el tampón. La separación estética necesaria no quedó eliminada mientras mirabas cómo le corría la sangre (eso estaba bien, nada que objetar), sino cuando no pudiste contenerte y te arrodillaste. ¿Y qué diablos te obligó a hacerlo? ¿Qué hay detrás de esta chica cubana que pone en apuros a un hpmbre como tú, al profesor del deseo? ¿Beber su sangre? Yo diría, Dave, que eso constituye el abandono de una posición crítica. Adórame, te dice, adora el misterio de la diosa sangrante, y lo haces. No te detienes ante nada. Lames su sangre, la consumes, la digieres. Es ella quien te penetra. ¿Qué vendría luego, David? ¿Un vaso de su orina?¿Cuánto tiempo pasaría hasta antes de que le pidieras sus heces? .No estoy en contra de ello porque sea repugnante. Estoy en contra de ello porque eso significa enamorarte. La única obsesión que todo el mundo desea: “amor”. ¿La gente cree que al enamorarse se completa? ¿La unión platónica de las almas? Yo no lo creo así. Yo no lo creo así. Creo que estás completo antes de empezar. Y el amor te fractura. Estás completo, y luego estás partido.”
Ella era un cuerpo extraño introducido en su totalidad. Y durante año y medio te esforzaste por asimilarlo. Pero nunca estás completo hasta que lo expelas. O te libras de él o lo incorporas mediante la distorsión de ti mismo. Y eso es lo que hiciste y lo que te enloqueció”.
«Siempre carecerás de autoridad ante esa chica. Nunca serás tú quien mande. Hay en esta relación algo que te enloquece, y eso no cambiará. Si no la rompes definitivamente, al final ese algo te destruirá. Con ella no te limitas a satisfacer una necesidad natural. Esto es la patología en su forma más pura. Mira, considéralo como crítico, desde un punto de vista profesional. Has violado la ley de la distancia estética. Has imbuido de sentimiento la experiencia estética con esta chica... la has personalizado, la has sentimentalizado, y has dejado de percibir la separación esencial para tu goce." ¿Sabes cuándo sucedió? La noche en que se quitó el tampón. La separación estética necesaria no quedó eliminada mientras mirabas cómo le corría la sangre (eso estaba bien, nada que objetar), sino cuando no pudiste contenerte y te arrodillaste. ¿Y qué diablos te obligó a hacerlo? ¿Qué hay detrás de esta chica cubana que pone en apuros a un hpmbre como tú, al profesor del deseo? ¿Beber su sangre? Yo diría, Dave, que eso constituye el abandono de una posición crítica. Adórame, te dice, adora el misterio de la diosa sangrante, y lo haces. No te detienes ante nada. Lames su sangre, la consumes, la digieres. Es ella quien te penetra. ¿Qué vendría luego, David? ¿Un vaso de su orina?¿Cuánto tiempo pasaría hasta antes de que le pidieras sus heces? .No estoy en contra de ello porque sea repugnante. Estoy en contra de ello porque eso significa enamorarte. La única obsesión que todo el mundo desea: “amor”. ¿La gente cree que al enamorarse se completa? ¿La unión platónica de las almas? Yo no lo creo así. Yo no lo creo así. Creo que estás completo antes de empezar. Y el amor te fractura. Estás completo, y luego estás partido.”
Ella era un cuerpo extraño introducido en su totalidad. Y durante año y medio te esforzaste por asimilarlo. Pero nunca estás completo hasta que lo expelas. O te libras de él o lo incorporas mediante la distorsión de ti mismo. Y eso es lo que hiciste y lo que te enloqueció”.
INCIPIT 288. AQUI Y AHORA
Aunque llevaban años leyéndose mutuamente y estaban en contacto desde
2005, Paul Auster y J.M. Coetzee no se conocieron en persona hasta
febrero de 2008, cuando Auster y su esposa, la novelista y ensayista
Siri Hustvedt, asistieron al Adelaide Literary Festival, en Australia.
Poco después Auster recibió una carta de Coetzee proponiéndole
embarcarse en un proyecto común en el que «podamos sacarnos chispas el
uno al otro».
Aquí y ahora es el resultado de esa propuesta: un diálogo epistolar entre dos grandes escritores que se convirtieron en grandes amigos. El deporte, la paternidad, la crisis económica, el arte, el incesto, las malas críticas, la infancia, el matrimonio, el amor… son sólo algunos de los temas que tratan en los tres años que cubren estas cartas. Llena de citas, anécdotas personales y referencias cinematográficas, esta correspondencia ofrece un retrato íntimo de dos de los escritores contemporáneos más interesantes.
«Te considero un amigo, un amigo verdadero, y lo último que quiero en el mundo es que perdamos el contacto.» A lo cual Coetzee replicó: «Por supuesto que somos amigos de verdad. Y hasta podemos ser hermanos de sangre si quieres. La próxima vez que nos veamos podemos hacer una de esas ceremonias de mezclar la sangre.»
Aquí y ahora es el resultado de esa propuesta: un diálogo epistolar entre dos grandes escritores que se convirtieron en grandes amigos. El deporte, la paternidad, la crisis económica, el arte, el incesto, las malas críticas, la infancia, el matrimonio, el amor… son sólo algunos de los temas que tratan en los tres años que cubren estas cartas. Llena de citas, anécdotas personales y referencias cinematográficas, esta correspondencia ofrece un retrato íntimo de dos de los escritores contemporáneos más interesantes.
«Te considero un amigo, un amigo verdadero, y lo último que quiero en el mundo es que perdamos el contacto.» A lo cual Coetzee replicó: «Por supuesto que somos amigos de verdad. Y hasta podemos ser hermanos de sangre si quieres. La próxima vez que nos veamos podemos hacer una de esas ceremonias de mezclar la sangre.»
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