Dos parrafitos, uno de ellos con una breve alusión a Juan, del obituario que le dedicó El País a Gracq.
"Gracq, como Buzzati o Benet, escritores con los que tiene algunos puntos en común, tenía una extraordinaria capacidad para inventar mundos. En Le Rivage des Syrtes la acción -escasa- transcurre en la señoría d'Orsenna, una República en crisis que se parece tanto a Venecia como a la III República Francesa y en un paisaje que tiene que ver con el de la ciudad italiana, pero también con el de la desembocadura del Loira, de Nantes hasta el mar. [...]
Publicado en vida en la prestigiosa colección de La Pléiade y nunca editado en libro de bolsillo, Gracq decía mantener consigo mismo "un arreglo de cuentas íntimo para el que no existe el público". Puede que el mejor resumen del personaje y su obra lo haya hecho otro escritor, Jérôme Garcin, que ha dicho que "la obra de Julien Gracq es altiva, pero Louis Poirier es humilde"."
Te quiero más que a la salvación de mi alma
JUAN BENET Y PEPIN BELLO
-¿A quién recuerda con más cariño?
A Juan Benet. Con Benet tuve una relación fraternal. Sus novelas nunca me han interesado. El siempre me decía para provocarme: “He publicado otro tostón”. Tenía un modo de escribir que se me cae de las manos, pero era un sabio y una gran persona.
-Sin embargo Benet dijo más de una vez que le consideraba su maestro.
Pues no sé por qué. Quizá porque me quería entrañablemente. JB lo hacía todo bien, era un apersona inigualable. Y uno de los grandes ingenieros de la historia de España.
-Sin embrago le interesaba más la literatura.
Miren, una presa no se hace por afición. En su intimidad supongo que le interesaba más la literatura. Entre los ingenieros le tenían un respeto enorme.
-Lo conoció antes de que publicase nada.
Desde el principio Benet, cuando aún no había escrito nada, ya me pareció un gran valor, y me quedó claro que aquel joven iba a conseguir lo que quisiera.
-¿Perdió usted un poco el interés después de la guerra por el mundo cultural, y por la literatura?
El interés nunca se pierde. Sólo el entusiasmo. Como les he dicho, a quien más veía era a JB, porque era muy amigo mío, y primo de Fernando Chueca, gran amigo también. Benet tenía una cabeza que había que descubrirse delante de él. Tenía una inteligencia fenomenal. Al mismo tiempo estaba escribiendo una novela, como construía una de las presas más grandes de Europa, como la presa de El Atazar.
[…]
A Sánchez Mazas lo traté con cierta intermitencia. Era muy brillante y un gran periodista. Un gran escritor, de otro tiempo. A mi querido JB le gustaba mucho Sánchez Mazas como articulista.
En: Conversaciones con Pepín Bello, p.177
A Juan Benet. Con Benet tuve una relación fraternal. Sus novelas nunca me han interesado. El siempre me decía para provocarme: “He publicado otro tostón”. Tenía un modo de escribir que se me cae de las manos, pero era un sabio y una gran persona.
-Sin embargo Benet dijo más de una vez que le consideraba su maestro.
Pues no sé por qué. Quizá porque me quería entrañablemente. JB lo hacía todo bien, era un apersona inigualable. Y uno de los grandes ingenieros de la historia de España.
-Sin embrago le interesaba más la literatura.
Miren, una presa no se hace por afición. En su intimidad supongo que le interesaba más la literatura. Entre los ingenieros le tenían un respeto enorme.
-Lo conoció antes de que publicase nada.
Desde el principio Benet, cuando aún no había escrito nada, ya me pareció un gran valor, y me quedó claro que aquel joven iba a conseguir lo que quisiera.
-¿Perdió usted un poco el interés después de la guerra por el mundo cultural, y por la literatura?
El interés nunca se pierde. Sólo el entusiasmo. Como les he dicho, a quien más veía era a JB, porque era muy amigo mío, y primo de Fernando Chueca, gran amigo también. Benet tenía una cabeza que había que descubrirse delante de él. Tenía una inteligencia fenomenal. Al mismo tiempo estaba escribiendo una novela, como construía una de las presas más grandes de Europa, como la presa de El Atazar.
[…]
A Sánchez Mazas lo traté con cierta intermitencia. Era muy brillante y un gran periodista. Un gran escritor, de otro tiempo. A mi querido JB le gustaba mucho Sánchez Mazas como articulista.
En: Conversaciones con Pepín Bello, p.177
FRASE DE LA SEMANA
Les mouvements de grâce, la dureté de coeur; les circonstances extérieurs.
Pascal, Pens´´e 507, citado por JU
Pascal, Pens´´e 507, citado por JU
INCIPIT 105. SU UNICO HIJO / CLARIN
Emma Valcárcel fue una hija única mimada. A los quince años se enamoró del escribiente de su padre, abogado. El escribiente, llamado Bonifacio Reyes, pertenecía a una honrada familia, distinguida un siglo atrás, pero, hacía dos o tres generaciones, pobre y desgraciada. Bonifacio era un hombre pacífico, suave, moroso, muy sentimental, muy tierno de corazón, maniático de la música y de las historias maravillosas, buen parroquiano del gabinete de lectura de alquiler que había en el pueblo. Era guapo a
BENET Y HORTELANO
Con arreglo a la lógica madrileña, conocí a JB veinte años después de los debido. Cuando nos conocimos, y en Barcelona pata mayor incongruencia, resultó ser Benet aquel tipo con el que venía cruzándome en los últimos veinte años por bares y terrazas, ateneos y saraos, tertulias y casas de comidas. La presunción madrileña de que aquí todos nos conocemos y que la presentación, por tanto, es una costumbre de bárbaros, provocó este retraso histórico [...]
Basta ser un modesto benetólogo par saber que en esta singular personalidad el valor y el ejercicio de la amsitad tienen las características más sólidas y tradicionales, más romanas. Juan conserva amigos de décadas con la lozanía de sus amistades recientes. En el caso de la nuestra, después de veinte años de desconocimiento, nos puso al día no tanto la común experiencia de habernos educado por el Madrid menos recomendable del medio siglo, sino primordialmente nuestra común afición a la felicidad.
Juan, quizá por practicarla más, cree menos que yo en esemejante ocurrencia, pero ya se sabe que la existencia de la felicidad sólo se demuestra andando. A cambio, presume de un carácter espartano, probablemente para no presumir de su capacidad de trabajo, que, además de grande, es polígrafa. [...]
Como lector le debo muchas horas gozosas. como colega, más de lo que estoy dispuestoa reconocer en su presencia. En la única contabilidad que la amistad tolera, la multiplicación de la amistad, nunca olvidaré que, entre algunos que por Juan conocí, soy amigo de Alberto Machimbarrena. Todo lo cual representa una compensación más que suficiente a un viaje de Madrid a Región con JB, oyéndole, sin perdonar espiga, distinguir el trigo de la cebada.
Crónicas correspondidas, de J García Hortelano, p. 179-181
Basta ser un modesto benetólogo par saber que en esta singular personalidad el valor y el ejercicio de la amsitad tienen las características más sólidas y tradicionales, más romanas. Juan conserva amigos de décadas con la lozanía de sus amistades recientes. En el caso de la nuestra, después de veinte años de desconocimiento, nos puso al día no tanto la común experiencia de habernos educado por el Madrid menos recomendable del medio siglo, sino primordialmente nuestra común afición a la felicidad.
Juan, quizá por practicarla más, cree menos que yo en esemejante ocurrencia, pero ya se sabe que la existencia de la felicidad sólo se demuestra andando. A cambio, presume de un carácter espartano, probablemente para no presumir de su capacidad de trabajo, que, además de grande, es polígrafa. [...]
Como lector le debo muchas horas gozosas. como colega, más de lo que estoy dispuestoa reconocer en su presencia. En la única contabilidad que la amistad tolera, la multiplicación de la amistad, nunca olvidaré que, entre algunos que por Juan conocí, soy amigo de Alberto Machimbarrena. Todo lo cual representa una compensación más que suficiente a un viaje de Madrid a Región con JB, oyéndole, sin perdonar espiga, distinguir el trigo de la cebada.
Crónicas correspondidas, de J García Hortelano, p. 179-181
ANTIGUAMENTE
Un diamante de Ferlosio:
(Perlas de la lengua) Se encuentran a veces en los textos más modestos como aquel de Las hijas de un sevillano que cantan las niñas saltando a la comba: “Un día a la más pequeña / le tiró la inclinación / de irse a servir al rey / vestidita de varón”. ¡Pero qué maravilla es esa de “le tiró la inclinación”!
En El País del jueves 22 de enero de 2009
(Perlas de la lengua) Se encuentran a veces en los textos más modestos como aquel de Las hijas de un sevillano que cantan las niñas saltando a la comba: “Un día a la más pequeña / le tiró la inclinación / de irse a servir al rey / vestidita de varón”. ¡Pero qué maravilla es esa de “le tiró la inclinación”!
En El País del jueves 22 de enero de 2009
INCIPIT 104. DAMA DE PORTO PIM / ANTONIO TABUCCHI
Hesperides. Sueño en forma de carta
Después de haber surcado las aguas durante muchos días y muchas noches, he comprendido que el Occidente no tiene fin sino que sigue desplazándose con nosotros, y que podemos perseguirle a nuestro antojo sin jamás alcanzarle. Así es el mar ignoto que se extiende más allá de las Columnas, infinito e igual a sí mismo, del que emergen, como la pequeña espina dorsal de un coloso desaparecido, pequeñas crestas de islas, nudos de rocas perdidos en el azul.
La primera isla que se encuentra, vista desde el mar es una extensión de verdor en cuyo centro brillan frutas como piedras preciosas, y a veces extrañas aves de plumas purpúreas se confunden con ellas. Las costas son muy escarpadas, de negra roca habitada por halcones marinos que lloran cuando desciende el crepúsculo y que revolotean inquietos con aire de siniestra desdicha. Las lluvias son abundantes y el sol despiadado: y debido a este clima y a la tierra negra y rica los árboles son altísimos, los bosques exuberantes y las flores abundan: grandes flores azul y rosa, carnosas como fru-
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Después de haber surcado las aguas durante muchos días y muchas noches, he comprendido que el Occidente no tiene fin sino que sigue desplazándose con nosotros, y que podemos perseguirle a nuestro antojo sin jamás alcanzarle. Así es el mar ignoto que se extiende más allá de las Columnas, infinito e igual a sí mismo, del que emergen, como la pequeña espina dorsal de un coloso desaparecido, pequeñas crestas de islas, nudos de rocas perdidos en el azul.
La primera isla que se encuentra, vista desde el mar es una extensión de verdor en cuyo centro brillan frutas como piedras preciosas, y a veces extrañas aves de plumas purpúreas se confunden con ellas. Las costas son muy escarpadas, de negra roca habitada por halcones marinos que lloran cuando desciende el crepúsculo y que revolotean inquietos con aire de siniestra desdicha. Las lluvias son abundantes y el sol despiadado: y debido a este clima y a la tierra negra y rica los árboles son altísimos, los bosques exuberantes y las flores abundan: grandes flores azul y rosa, carnosas como fru-
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DOS LIBROS NUEVOS DE DON GIOVANNI
Siempre es un lujo poder hablar de JB; sobre todo después de ver cómo El País le dedica casi una página. Y todo con bocados de cardenal de don Juan.
En tiempos de peleas por derechos de autor, sucesorios y propiedades intelectuales y las no tanto nos sorprende leer comentarios excelentes como lo que dice en Una biografía literaria:
"A mí me entretiene, y es un entretenimiento muy barato, intenso y constante","Tanto me tranquiliza hacer novelas y cuentos, y de vez en cuando algún ensayo, que considero incluso injusto que esa actividad esté retribuida: si me divierte tanto, y me gano la vida de otro modo, ¿qué otra cosa puedo pedir?".
Continúa la noticia y las maravillas:. "Si un día de 1947 mis ojos no hubiesen tropezado con una página de Faulkner sería ahora un ingeniero español de mediana edad, con acaso más lecturas en mi haber de las convenientes y con cierta curiosidad por los relatos de fantasmas, las novelas sobre el mar y la historia romana y bizantina",.
En Infidelidad del regreso hay textos sobre Cervantes, el Siglo de Oro, la picaresca, Bernal Díaz del Castillo o Américo Castro, y sobre Rafael Sánchez Ferlosio, Javier Marías, Eduardo Mendoza, Carlos Barral, Juan García Hortelano, Antonio Martínez Sarrión o, entre otros, el propio Manuel Vicent, que hoy presenta estos libros. Este último se refirió al autor de Una meditación en estos términos: "Benet dedicó toda su energía a no escribir nunca una página que fuera ridícula... Fue bueno, huraño, ingenuo y lleno de talento". O, con más rotundidad: "Narrar Baroja en anglosajón: ésa es la esencia del mundo benetiano".
Esto último es bien importante: pensar que la mejor literatura española de los últimos años, la de Menoza y Don Juan es herecia directa de Don Pío…
Muchas gracias al editor vallisoletano de Cuatro
En tiempos de peleas por derechos de autor, sucesorios y propiedades intelectuales y las no tanto nos sorprende leer comentarios excelentes como lo que dice en Una biografía literaria:
"A mí me entretiene, y es un entretenimiento muy barato, intenso y constante","Tanto me tranquiliza hacer novelas y cuentos, y de vez en cuando algún ensayo, que considero incluso injusto que esa actividad esté retribuida: si me divierte tanto, y me gano la vida de otro modo, ¿qué otra cosa puedo pedir?".
Continúa la noticia y las maravillas:. "Si un día de 1947 mis ojos no hubiesen tropezado con una página de Faulkner sería ahora un ingeniero español de mediana edad, con acaso más lecturas en mi haber de las convenientes y con cierta curiosidad por los relatos de fantasmas, las novelas sobre el mar y la historia romana y bizantina",.
En Infidelidad del regreso hay textos sobre Cervantes, el Siglo de Oro, la picaresca, Bernal Díaz del Castillo o Américo Castro, y sobre Rafael Sánchez Ferlosio, Javier Marías, Eduardo Mendoza, Carlos Barral, Juan García Hortelano, Antonio Martínez Sarrión o, entre otros, el propio Manuel Vicent, que hoy presenta estos libros. Este último se refirió al autor de Una meditación en estos términos: "Benet dedicó toda su energía a no escribir nunca una página que fuera ridícula... Fue bueno, huraño, ingenuo y lleno de talento". O, con más rotundidad: "Narrar Baroja en anglosajón: ésa es la esencia del mundo benetiano".
Esto último es bien importante: pensar que la mejor literatura española de los últimos años, la de Menoza y Don Juan es herecia directa de Don Pío…
Muchas gracias al editor vallisoletano de Cuatro
LA CONEXION GALLEGA DE DON JUAN
Editando Anastas ou a orixe da Constitución de Juan Benet
Na Galipedia, a wikipedia en galego.
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¿JM HABLA DE JB?
¿Es acaso una cita encubierta lo que sigue?:
'Quizá pensaba, como su compatriota y mío, que "es el tiempo la única dimensión en que pueden hablarse y comunicarse los vivos y los muertos, la única que tienen en común y los une" y que por eso todo tiempo es indiferente y compartido por fuerza (en él hemos estado y estaremos todos), y que se coincida en él físicamente resulta tan sólo algo accesorio, como que se llegue tarde o protno a una cita.'
Tu rostro mañana. III, Veneno y sombra y adiós, p. 282
'Quizá pensaba, como su compatriota y mío, que "es el tiempo la única dimensión en que pueden hablarse y comunicarse los vivos y los muertos, la única que tienen en común y los une" y que por eso todo tiempo es indiferente y compartido por fuerza (en él hemos estado y estaremos todos), y que se coincida en él físicamente resulta tan sólo algo accesorio, como que se llegue tarde o protno a una cita.'
Tu rostro mañana. III, Veneno y sombra y adiós, p. 282
ALVARO POMBO HABLA DE JB
Los cinco primeros años de esa década [1970] vivían en Londres, los cinco segundos en Madrid. Eran años aún de cartas: cartas de Luis Felipe Vivanco, José Luis Aranguren, Juan Benet (muchísimas), Juan Antonio Masoliver Ródenas, Pere Gimferrer. Trataba yo de publicar dos libros, uno de poemas (Variaciones) y otro de relatos (Relatos sobre la falta de sustancia) [...]Pero a Rosa Regás llegué a través de Juan Benet, don Juan, que se ocupó de mí muchñisimo durante todo 1976. Rosa Regás era la última esperanza, después de haber sido rechazado por, como mínimo, tres editoriales, entre otros motivos porque el título del libro era raro: el concepto de "falta de sustancia" tenía como un regusto, ennegativo,a cocido madrileño. [...]Primera memoria de Alvaro Pombo. El cultural, 20-26 de septiembre de 2007
FRASE DE LA SEMANA
Mi manera de pensar es el fruto de mis reflexiones; está en relación con mi existencia, con mi organización. No tengo el poder de cambiarla, y aunque lo tuviera, no lo haría. Esta manera de pensar que censuráis es el único consuelo de mi vida; me alivia todas las penas en la cárcel, constituye todos mis placeres en el mundo, y me importa más que la vida. La causa de mi desgracia no es mi manera de pensar, sino la manera de pensar de los otros.
DAF de S
DAF de S
RESUMEN DE HERRUMBROSAS LANZAS DE JUAN BENET
A veces un destino es independiente de las fuerzas antagonistas que lo dominan y empujan; y si esas fuerzas -en un moemnto dela historia dominado por la simplificación, por la servidumbre de todos los factores a uno prioritario- se reducen a dos bandos enemigos empeados en el mismo y opuesto triunfo, es posible que enotonces el destino se apareje a las intenciones ocultas de uno y otro para obtener una resultante muy diferente de los móviles y de los objetivos de cada uno de ellos. Y aquel destino quería que la guerra se prolongara, aunque fuera innecesaria; que se prolongara incluso más allá de sí misma, a lo largo de una rencorosa, sórdida y vengatiza paz; y quería que hasta donde alcanzasen las vidas de los combatientes -y acaso las de sus hijos- se desarrollasen en un país diezmado y quimérico, en el que ni germinarían las semillas de las ideas nuevas y modernas no volverían a cultivarse los antiguos jardines. Se trataba de un destino con la vista puesta en un limbo de himnos y colgaduras -un limbo de vocablos- donde hasta las rosas habíande florecer para tomar partido.(Libro I)Y quién sabe si aquel malhadado y afortunado asunto les sirvió para ceptar con fuste tamaño destino, para engolfarse en la lucha sin volver a pensar en su prevenido resultado, para encararla sin ninguna clase de derrotismo, para adoptar y dar el nombre propio a la criatura que otros habían dejado huérfana y para, puesto que estaban empeñados en un juego que no mostraba más qeu una salida y un ólo ganador señalado de antemano, aprovecharlo en cada envite para exhibir sus aptitudes para él y, de paso y si a mano venía, extraer de su desarrollo alguan que otra satisfacción personal.(Libro VI)Los meandros de la sintaxis benetiana, deliberada y obviamente artificiosos, relazan justamente este último dato: el narrador nos obliga aplegarnos a sus propias exigencia, para que no descuidemos que no hay más realidad ni más valor que la voz que cuenta. (Claro está, dicho sea de paso, que la renunica a seguir una línea argumental simquiebros o "digresiones" y, en concreto, la prolongada incursión en el siglo XIX que nutre el libro VII de Herrumbrosas lanzas, en buena medida, no son sino otra versión, a distinta escala, de la misma técnica. ) Pero no dispar, y más inmediatamente perceptible, es la función del otro rasgo discantado por la crítica: pues la escasez de diálogo es uno de los modos más tajantes de promulgar el principio del narrador, el imperio del estilo sobre todas las cosas. La singularidad estilística de la voz que cuenta se impone tan ineludiblemente al lector como el destino se impone a los personajes. El estilo es el destino.Francisco Rico, 12 de septiembre de 1986
INCIPIT 103. VALS DE MEFISTO / SERGIO PITOL
Al abrir el bolso de mano para buscar sus cremas, el pijama de seda azul que su hermana Beatriz le compró en la India y en cuyo interior tan a gusto se sentía, las pantuflas y el frasco de somníferos, cayó a sus pies la revista (¡habría podido jurar que la tenía guardada en la maleta negra!) para nuevamente perturbarla y hacerle difícil ya el reposo. Volvió a pensar en la coincidencia que hizo que esa misma mañana, cuando trataba por enésima vez de persuadir a Beatriz del desgaste de su vida matrimonial y de la certidumbre de que Guillermo opinase lo mismo, e insistía en que esa tregua les había hecho conocer el sobrio placer de vivir separados, llegar su cuñado a entregarle la revista donde aparecía ese Mephisto-Waltzer que oblicuamente parecía corroborar sus argumentos y de cuyo eco no había logrado desprenderse en todo el día.
Había pensado no volver a leerlo sino hasta que estuviese debidamente instalada en su casa, después del baño, el desayuno y un poco de reposo, pero ¿cómo resistir a la tentación cuando la revis-
Había pensado no volver a leerlo sino hasta que estuviese debidamente instalada en su casa, después del baño, el desayuno y un poco de reposo, pero ¿cómo resistir a la tentación cuando la revis-
INCIPIT 102. EL ENTENADO / JUAN JOSE SAER
De estas costas vacías me quedó sobre todo la abundancia de cielo. Más de una vez me sentí diminuto bajo ese azul dilatado: en la playa amarilla, éramos como hormigas en el centro de un desierto. Y si ahora que soy un viejo paso mis días en las ciudades, es porque en ellas la vida es horizontal, porque las ciudades disimulan el cielo. Allá, de noche, en cambio, dormíamos a la intemperie, casi aplastados por las estrellas. Estaban como al alcance de la mano y eran grandes, innumerables, sin mucha negrura entre una y otra, casi chisporroteantes, como si el cielo hubiese sido la pared acribillada de un volcán en actividad que dejase entrever por sus orificios la incandescencia interna.
La orfandad me empujó a los puertos. El olor del mar y del cáñamo humedecido, las velas lentas y rígidas que se alejan y se aproximan, las conversaciones de viejos marineros, perfume múltiple de especias y amontonamiento de mercaderías, prostitutas, alcohol y capitanes, sonido y movimiento: todo esto me acunó, fue mi casa, me dio una educación y me ayudó a crecer, ocupando el lugar, hasta donde llega mi memoria, de un padre y una madre. Mandadero de putas y marinos, changador, durmiendo de tanto en tanto en casa de unos parientes pero la mayor parte del tiempo sobre las bolsas en los depósitos, fui dejando atrás, poco a poco, mi infancia, hasta que un día una de las putas pagó mi servicios con un acoplamiento gratuito –el primero, en mi caso- y un marino, de vuelta de un mandado, premió mi diligencia con un trago de alcohol, y de ese modo me hice, como se dice, hombre.
La orfandad me empujó a los puertos. El olor del mar y del cáñamo humedecido, las velas lentas y rígidas que se alejan y se aproximan, las conversaciones de viejos marineros, perfume múltiple de especias y amontonamiento de mercaderías, prostitutas, alcohol y capitanes, sonido y movimiento: todo esto me acunó, fue mi casa, me dio una educación y me ayudó a crecer, ocupando el lugar, hasta donde llega mi memoria, de un padre y una madre. Mandadero de putas y marinos, changador, durmiendo de tanto en tanto en casa de unos parientes pero la mayor parte del tiempo sobre las bolsas en los depósitos, fui dejando atrás, poco a poco, mi infancia, hasta que un día una de las putas pagó mi servicios con un acoplamiento gratuito –el primero, en mi caso- y un marino, de vuelta de un mandado, premió mi diligencia con un trago de alcohol, y de ese modo me hice, como se dice, hombre.
INCIPIT 101. LA REGION MAS TRANSPARENTE / CARLOS FUENTES
Mi nombre es Ixca Cienfuegos. Nací y vivo en México, D.F. Esto no es grave. En México no hay tragedia: todo se vuelve afrenta. Afrenta, esta sangre que me puma como filo de maguey. Afrenta, mi parálisis desenfrenada que todas las auroras tiñe de coágulos. Y mi eterno salto mortal hacia mañana. Juego, acción, fe - día a día, no sólo el día del premio o del castigo: veo mis poros oscuros y sé que me lo vedaron abajo, abajo, en el fondo del lecho del valle. Duende de Anahuac que no machaca uvas corazones; que no bebe licor, bálsamos de tierra su vino, gelatina de osamentas; que no persigue la piel alegre: se caza a sí mismo en una licuación negra de piedras torturadas y ojos de jade opaco. De hinojos, coronado de nopales, flagelado por su propia (por nuestra) mano. Su danza (nuestro baile) suspendida de un asta de plumas, o de la defensa de un camión; muerto en la guerra florida, en la riña de cantina, a la hora de la verdad: la única hora puntual. Poeta sin conmiseración, artista del tormento, lépero cortés, ladino ingenuo, mi plegaria desarticulada se pierde, albur, relajo. Dañarme, a mí siempre más que a los otros: ¡oh derrota mía, mi derrota, que a nadie sabría comunicar, que me coloca de cara frente a los dioses que no me dispensaron su piedad, que me exigieron apurarla hasta el fin para saber de mí y de mis semejantes¡ ¡Oh faz de mi derrota, faz inaguantable de oro sangrante y tierra seca, faz de música rajada y colores turbios¡ Guerrero en el vacío, visto la coraza de la bravuconada; pero mis sienes sollozan, y no cejan en la búsque-
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JAMESIANA
Mayo en Venecia es mejor que abril aunque junio es el mejor mes de todos. Sus días son cálidos pero no demasiado calurosos y las noches son más bellas que los días. En ese tiempo Venecia está más rosada que nunca por las mañanas y más dorada que nunca cuando termina el día. Parece expandirse y evaporarse, que multiplica todos sus reflejos e iridiscencias. Esos días la vida de sus gentes y el exotismo de su constitución se convierten en una comedia perpetua, o al menos en un drama perpetuo. Entonces la góndola se convierte en la única morada y uno pasa los días entre el mar y el cielo. Uno va a la isla de Lido, aunque Lido se ha estropeado. Cuando la vi por primera vez en 1869, era un lugar muy silvestre y no había más que un camino pedregoso que cruzaba la isla desde el embracadero hasta la playa. En aquellos días había unos baños y un restaurante, bastante malo pero donde en las cálidas tardes la cena no importaba demasiado mientras uno se sentaba dejándola enfriar en la terraza de madera que se adentraba en el mar. Hoy en día Lido es una parte de la Italia unida y ha sido víctima de mejoras infames. Un pueblecito de londinenses ha surgido de su seno rural y un bulevar de tercera conecta Santa Elisabetta con el Adriático. Hay paseos de asfalto y farolas de gas, albergues, tiendas y un teatro diurno.
Horas venecianas, de HJ, p. 98
Horas venecianas, de HJ, p. 98
FRASE DE LA SEMANA
La novela en su definición más amplia no es sino una impresión personal y directa de la vida.
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