Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 840. BILLY BUDD / HERMANN MELVILLE

En los tiempos anteriores a los barcos de vapor, o quizás entonces con más frecuencia que ahora, cualquiera que vagara por alguno de los grandes puertos de mar podía ver requerida su atención por un grupo de marineros bronceados, tripulantes de barcos de guerra o de barcos mercantes, que habían bajado a tierra de permiso y disfrutaban de su libertad. En algunos casos flanqueaban, o rodeaban completamente como guardaespaldas, a un tipo superior de su misma clase, moviéndose con él como Aldebarán entre los astros menores de su constelación.   El sujeto así designado era el «marinero bonito» de aquella época menos prosaica, tanto para la flota militar como para la mercante. Sin la más mínima muestra de vanagloria, más bien con la naturalidad y falta de afectación que proporciona la realeza de nacimiento, paree! a aceptar el espontáneo homenaje de sus camaradas .

Recuerdo ahora un caso bastante notable. En Liverpool, hace alrededor de medio siglo, vi a la sombra del gran muro sucio de la calle Prince's Dock (un estorbo eliminado hace tiempo) a un simple marinero tan intensamente negro que debía de ser un africano nativo por cuyas venas corría, pura, la sangre de Cam, y cuya bien proporcionada figura superaba con mucho la talla media . Los extremos de un pañuelo de seda de colores alegres, echado con descuido   alrededor del cuello, se balanceaban sobre su pecho de ébano; de sus orejas colgaban grandes aros de oro, y un gorro escocés con una cinta de tartán cubría su cabeza bien formada. Era un mediodía de julio caluroso; y su rostro, brillante por el sudor, resplandecía de salvaje buen humor. Dando saltos joviales a derecha e izquierda, mostrando sus dientes blancos refulgentes, avanzaba convertido en el centro de sus camaradas de barco. Entre ellos había tal muestrario de tribus y complexiones que podrían haber sido presentados por Anarcharsis  ante la primera Asamblea francesa de Representantes de la Raza Humana.

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