Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

BUÑUEL: EL HOMBRE MAS LIBRE DEL MUNDO

Es el título de un artículo de Tomás Eloy lleno de inexactitudes, tonterías y errores:

Dos imágenes son inolvidables: la del castigo a la inocente esposa mientras duerme, con unas sogas y unas agujas de colchonero que insinúan la crucifixión, y el paseo final de Francisco por el patio del convento donde lo han recluido, con pasos en zigzag que se burlan del modo de caminar del propio director.

Pues no, la cuerda es hilo y con la aguja El quiere coser a su esposa sus partes íntimas, en una escena tomada del Marqués. Pues tampoco era el paso de LB el del orate, va en diagonal para evitar al demonio, que anda en línea recta.

La memoria de Francisco Galván, en cambio, es su infierno, porque lo recuerda todo, hasta lo que todavía no ha vivido.

Pues no: ese era Funes...

El es hermana gemela de El último suspiro, la bellísima autobiografía en la que Buñuel se refleja tal como es, con sus tempranas dudas sobre la resurrección de la carne, el Juicio Final, el infierno y el demonio.

Pues de dónde saca esa gemelosidad, ¿por Dios¡

Ambas cualidades son raras en un español, y sobre todo en uno que vivió muchos años bajo el yugo implacable de Franco.

Don Luis, y es un honor para El, no vivió jamás bajo el yugo de FF; regresó a España muerto el bicho a vigilar y castigar desde su apartamento de la Plaza de Expaña.

Había nacido en el pueblo aragonés de Calanda, a comienzos de 1900, y no le fue fácil llegar adonde llegó. Hollywood y Francia desdeñaron todos los proyectos que propuso y sólo por azar se salvó de la miseria cuando el productor ruso Oscar Dancingers lo retuvo en el cine mexicano. Allí creó, contra toda adversidad, una obra que no se parece a ninguna otra y que no ha tenido sucesores, porque su osadía y su coraje son inimitables.

Otra inexactitud; no fue azar, fue tesón y un amor por el arte más grande que nada.

Volví a verla a más de medio siglo de su estreno y lo que vi sigue siendo fuego puro, ardiendo aún en un tiempo que no se mueve.

Visto bueno por el final.

Vaya con el Eloy éste.

2 comentarios:

José Martín Molina dijo...

Encantado, enhorabuena por el Blog, nos hacen falta más bitácoras que nos hablen de los GRANDES del arte!

En concreto Luis Buñuel, genio universal y muy en especial esta película de Buñuel: Él. Una de mis favoritas.

Pedro Incio dijo...

Muchas gracias
Pincio

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