Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

KURTZ

De El corazón de las tinieblas de Jospeh Conrad


En cuanto a mí, me pareció ver por primera vez a Kurtz. Fue un vislumbre preciso: la canoa, cuatro remeros salvajes; el blanco solitario que de pronto le daba la espalda a las oficinas principales, al descanso, tal vez a la idea del hogar, y volvía en cambio el rostro hacia lo más profundo de la selva, hacia su campamento vacío y desolado. Yo no conocía el motivo . Era posible que sólo se tratara de un buen sujeto que se había entusiasmado con su trabajo. Su nombre, sabéis, no había sido pronunciado ni una sola vez durante la conversación. Se referían a "aquel hombre". El mestizo que, según podía yo entender, había realizado con gran prudencia y valor aquel difícil viaje era invariablemente llamado "ese canalla". El "canalla" había informado que" aquel hombre" había estado muy enfermo; aún no se había restablecido del todo ... Los dos hombres debajo de mí se alejaron unos pasos; paseaban de un lado a otro a cierta distancia . Escuché: "puesto militar... médico... doscientas millas ... ahora completamente solo ... plazos inevitables ... nueve meses ... ninguna noticia ... extraños
rumores". Volvieron a acercarse. Precisamente en esos momentos decía el director: "Nadie, que yo sepa, a menos que sea una especie de mercader ambulante, un tipo malvado que les arrebata el marfil a los nativos".

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