A El lenguaje es una cuestión de
términos, es decir, de intenciones. Lo explicó Agustín García Calvo (se fue aún
hace menos de un año y le dijeron adiós con la boca pequeña; el mundo de los
vivos es cada vez más pequeño). García Calvo, Chicho, Haro Tecglen, Montalbán,
Umbral, Carlos Monsiváis, Lemebel, Fernando Poblet ... , pertenezco ya a una
literatura extinta, es decir, escrita sin tinta. Cuestión de términos. De
segundas intenciones. Creo que debo todo lo que pienso sobre cualquier cosa que
pasa a una sola letra, que en sí misma contiene todo un lenguaje. No es la
letra de una canción, ni una letra impresa en un libro sino una letra que
alguien pintó en la ladera de una montaña, hará, este mes de octubre, 34 años.
Y ahí sigue, solitaria y orgullosa, como a todo el que no le importa perder.
Está en Santa Coloma, en el barrio de Can Franquesa, al pie de los bloques de
colores. La primera vez que vi aquella A, solemne, blanca, gigante (6,5 m de
diámetro), fue desde la carretera de La Roca. Yo iba con mi padre en el127
(tres puertas) a los cursillos de formación sindical que le daban en Monteada.
Sí, mi padre me llevaba a esos sitios. Por eso me gusta tanto esa canción de Elliott
Murphy, la que habla de cuando iba con su padre en el coche y era el día del
cumpleaños de Elvis. Porque sé que le entiendo que estamos en el mismo
lenguaje, en la misma intención. En los cursillos, nos sentábamos en sillas de
tijera (con las mismas tijeras nos hacen ahora los recortes). Eran hombres -de
(acciones duras, gente currante, que escuchaba en silencio a un tipo como ellos
que hablaba con las manos en los bolsillos
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