Maresfield Gardens,
23 de septiembre de 1946.
Querida señora Huntington-Smith:
Gracias por su amable carta. En este día en que celebramos el séptimo aniversario de la desaparición de mi marido, he recibido numerosas muestras de simpatía, pero la suya me ha conmovido de manera muy especial. ¿Cómo pudo pensar que la había olvidado? Hace siete años, en aquel momento particularmente difícil, su presencia a mi lado me fue, más que ninguna otra, de gran ayuda. Hoy, después de los terribles años de guerra que acabamos de atravesar, y en medio de este aislamiento mío, recibo con gran placer sus noticias desde la lejana América. Aun así, me veo obligada a decepcionarla, pues,
en efecto, me es imposible responder favorablemente a su proposición. Cuando usted me pide que escriba mis memorias, me doy cuenta de que desea un relato de mi vida, y no de la de mi marido.
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