ANDY WARHOL


Transbordo en Moscú, Eduardo Mendoza, p. 178

- Andy Warhol fue el último artista que habló el lenguaje de su clase. Me refiero a su clase social. Andy era el representante de la clase media y su portavoz en el campo de la expresión plástica. Su imaginario no era el de los intelectuales ni el de los visionarios, sino el de la clase media. Andy era un hombre modesto. Se rodeó de tipos exuberantes, pero él era de una modestia provinciana. En el Studio 54 seguía siendo un monje de clausura. Como artista pertenecía a un modelo que empezó en el Renacimiento y acabó hace unos meses, cuando enterramos a Andy en el cementerio de su pueblo. Entre los retratos de Marilyn, de Elizabeth Taylor o de Mao y los frescos de Pi ero della Francesca hay diferencias técnicas, pero unos y otros responden a una misma razón. Todos los que he citado antes, los Rothkos, los Rauschenberg, pintan su visión de la realidad, su universo interior, son profetas. Andy pintó lo que había visto en la cocina de su madre y se quedó tan ancho. Detergentes, sopa enlatada y portadas de revista dominical. El mundo lo celebró como si hubieran aterrizado los marcianos en Times Square. Él se cuidó mucho de deshacer el malentendido. Usted me ha preguntado si soy pesimista. No lo sé. No sé lo que vendrá ahora. Eso lo decidirán el mercado y las  tendencias ...


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